Inicio » TEORÍA Y ENSAYO » La letra salvaje

La letra salvaje

Julieta Yelín

TEORÍA Y ENSAYO

¿Es siquiera canto? ¿No es, tal vez, chillido?, se pregunta el narrador de “Josefina la cantora”, el cuento de Franz Kafka sobre la música en una comunidad de ratones. Estos interrogantes bien podrían resultar triviales o de respuestas subjetivas si no fuera porque, en el fondo, cuestionan la mismísima noción de identidad. Entre el lenguaje articulado y el mero sonido, entre el sentido y el ruido, entre el sujeto y la bestia, lo viviente se rebela para cuestionar toda división axiomática y plantear su ambigüedad como potencia y porvenir.

En la literatura, históricamente los animales tuvieron una función metafórica o alegórica. Entendidos como lo otro, lo diferente, o como una realidad inferior en nuestra cadena evolutiva, su presencia sirvió como vehículo para las significaciones humanas y su habla fue canal para la ideología. Las fábulas infantiles, en este punto, constituyeron quizá el caso más emblemático del simbolismo animal y sus cristalizaciones morales o pedagógicas edificantes, aunque también la animalidad entendida como entidad carente cristalizó un discurso legitimador de la violencia y la explotación.

El cambio de perspectiva llegó con la crisis del humanismo en Occidente y es desde aquí desde donde Julieta Yelín escribe La letra salvaje. La autora analiza el derrumbe de la metáfora animal y la apertura hacia nuevas formas de percepción y sensibilidad. Según su hipótesis, después de la Segunda Guerra Mundial se produjo un giro en el que “el animal exterior y ontologizado fue vaciado de sus atributos convencionales y convertido en una herramienta crítica y creadora poderosa”. Junto con este cambio de paradigma, lo que aconteció fue el olvido del individuo. La animalidad negada por y en el hombre surgió, entonces, bajo nuevos modos antirrepresentacionales.

Focalizado en Kafka y su recepción en Latinoamérica, el libro luego da lugar a los herederos teriomorfos. Las abejas de César Aira, las ratas de Copi, el cocker de Virginia Woolf, los bestiarios de Juan José Arreola o de Wilson Bueno, la cucaracha o el búfalo de Clarice Lispector o el jaguar de Jõao Guimarães Rosa se suceden para dar cuenta de las sucesivas metamorfosis. Autores disolutos, sus textos desdibujan los significados unívocos para dar rienda suelta en sus bichos a la polisemia: lejos de responder al concepto dominante de hombre, sus personajes tampoco son animales, por lo que la duda se instala.

De fronteras lábiles y cada vez más permeables, las relaciones abandonan el fetichismo o la psicología para entrar en el terreno del devenir animal, “un circuito de estados que forma un devenir mutuo” tanto en la forma como en el contenido. El discurso, al igual que la canción de Josefina, se descentra en graznidos y se disuelve en la indeterminación. Sin origen preciso ni afirmación de sentido, lo neutro declara la precariedad de lo humano: el yo ya no tiene arraigo.

 

Julieta Yelín, La letra salvaje. Ensayos sobre literatura y animalidad, Beatriz Viterbo Editora, 2015, 198 págs.

 

2 Feb, 2017
  • 0

    Ciencia ficción capitalista

    Michel Nieva

    Valeria Meiller
    15 May

    En la madrugada del 5 de noviembre de 2024, Donald Trump se entregó a una larga diatriba triunfal. Confirmado el margen de votos necesarios para ganar la...

  • 0

    Entre telas

    Luciana Olmedo Wehitt

    Fernando Bogado
    8 May

    La recuperación de la figura de Silvina Ocampo no es una novedad. Progresivamente, su idea del cuento fantástico fue ocupando la primera plana de los espacios de...

  • 0

    Clases. Literatura y disidencia

    Daniel Link

    Andrés Tejada Gómez
    24 Abr

    En Clases. Literatura y disidencia, Daniel Link se sumerge en la literatura del siglo XX desde una perspectiva crítica que desdibuja los límites de la disciplina académica...

  • Send this to friend