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El título de la primera colección de cuentos de Agustina Bazterrica ya sugiere la médula de sentido que une el libro entero: el énfasis puesto en los instantes previos al estallido, la reconstrucción en tiempo real de la línea de sucesos en apariencia nimios que tienden un lazo entre la posibilidad y la concreción, entre la incertidumbre y la evidencia del espanto.
Hay en Antes del encuentro feroz, desperdigados en su índice a una distancia más o menos regular el uno del otro, como si conformaran una estructura subterránea, una osamenta, relatos que confinan a la violencia a un segundo orden, que la reubican para dar espacio a la invisible violencia anterior, solapada en gestos menores que colman la anécdota y van empujándola hacia su destino. Relatos como “Lobo”, “Sonido”, “Las cajas de Unamuno” y “Los muertos”, entre otros, cavilan sobre la muerte menos como un hecho cardinal que como la consecuencia de un desarrollo pretérito. Otros relatos —“Círculo”, en el que una mujer pugna por alcanzar la redondez perfecta, y “Arquitectura”, que cierra el volumen con la descripción de una iglesia que tal vez esté cobrando vida frente a los ojos del lector— son de naturaleza más abstracta y abren posibilidades que balancean la lectura y otorgan descansos en medio de los baños sangrientos, de la fiesta pavorosa de la carne transgredida.
Con guiños a temas y estéticas de escritores como Thomas Bernhard y J. G. Ballard, con referencias que aluden a un inconsciente generacional donde conviven Snoopy y Hugo Romeo Guerra, con un humor a veces delicado y a veces estridente, Bazterrica puebla sus mundos a partir de ficciones que se complotan para ratificar que lo peor siempre está por venir.
Agustina María Bazterrica, Antes del encuentro feroz, Alción, 2016, 179 págs.
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