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La pasión según Carol Rama

Carol Rama

ARTE

Carol Rama nació en Turín en 1918. Fue autodidacta, durante su infancia padeció la internación de su madre en un hospital psiquiátrico, y su padre, un industrial dedicado a la fabricación de bicicletas y presuntamente homosexual no declarado, se suicidó al enfrentar el deterioro de su empresa. Carol Rama fue censurada y acusada de pornógrafa por el fascismo tras exhibir sus acuarelas de mujeres desnudas que eróticamente juguetean con serpientes y expelen sus heces. Como consecuencia de la censura, sobreviene un drástico cambio de rumbo en su imagen: optará por abandonar la figuración y se asociará a la abstracción del Movimiento Arte Concreto, durante la década del cincuenta. Los bricolages abstractos orgánicos y cierta condición periférica dentro del Arte Povera la recluyen en una situación marginal en el campo artístico italiano. Es una “mujer-sin-hombre”, y sus amigos son en general artistas e intelectuales homosexuales desvinculados del Povera —Gianni Vattimo, Corrado Levi—. En 1980, la curadora Lea Vergine la incluye en su exhibición L’ altra metà dell’avanguardia 1910-1940 junto con un centenar de artistas mujeres, lesbianas, judías, locas. Su “descubrimiento” por parte de Vergine es al mismo tiempo su invisibilización, ya que permanece clasificada dentro del único espacio posible para la nomenclatura de la historia del arte hegemónica: la otredad.

Su obra permanece obturada hasta 2003, cuando obtiene el León de Oro en la Bienal de Venecia. La exhibición del MACBA es un intento de visibilizar, jerarquizar y ubicar en su real dimensión la obra de Rama. Este es, a grandes rasgos, el relato que establecen Beatriz Preciado y Teresa Grandas, curadoras de la exhibición.

La biografía de Rama —la pasión es el título de la muestra aludiendo al sacrificio de Cristo— refuerza una vez más el mito del (de la) artista maldito, martirizado y olvidado, que sólo es recuperado —¿redimido?— en el trabajo arqueológico del curador, una narrativa heroica que es al mismo tiempo extremadamente sospechosa (es muy difícil imaginar que a un artista marginal se le otorgue el León de Oro).

Preciado y Grandas se preguntan: ¿estamos preparados hoy, desde el museo del siglo XXI, para Carol Rama? ¿Podremos restituir en la contemporaneidad —Queer Povera, indexan las autoras— sus imágenes de mujeres vorazmente sexualizadas, sus objetos hechos de prótesis de pies, ojos de taxidermista, uñas, pelo, dientes? La respuesta es: sí, estamos más preparados que nunca. Si algo ofrece la cultura visual contemporánea es sexo, si algo ofrece la política es el disgregamiento del tejido social. Un inenarrable letargo de porno y cuerpos desmembrados es lo que nos está dando el siglo XXI.

 

Carol Rama, La pasión según Carol Rama, curaduría de Teresa Grandas y Beatriz Preciado, Museu d’Art Contemporani de Barcelona, 31 de octubre de 2014 22 de febrero de 2015.

29 Ene, 2015
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