Inicio » CINE y TV » Mi último fracaso

Mi último fracaso

Cecilia Kang

CINE y TV

En una de las primeras escenas del documental Mi último fracaso, que incluye un viaje iniciático a las raíces, cuatro mujeres comen y conversan en una casa en algún lugar de Corea. Son discípulas y profesoras de arte de distintas generaciones. En medio de la comida, una de las mayores hace una confesión muy íntima: “Aunque fuera sólo por un día, me gustaría cambiar de país. No sé por qué, pero siempre termino sufriendo acá. Sufro de formas muy ridículas”, dice. Y luego de una pausa pregunta quién es la visitante que está sentada atrás de la cámara.

Esa observadora silenciosa es Cecilia Kang, y Mi último fracaso, su ópera prima, es un ensayo sobre las raíces, la biculturalidad y la identidad dentro de la colectividad coreana de Argentina; colectividad que tiene la particularidad de ser relativamente reciente, concentrada en el último tercio del siglo pasado. El film esboza con apenas algunos trazos las vidas de varias mujeres argentino-coreanas que emigraron de muy jóvenes o son hijas de coreanos, argentinas de primera generación, como la misma directora. Además de sentirse un poco extranjeras en el país donde viven, todas ellas están levemente desplazadas del rol tradicional que les impone el mandato social y familiar, atravesadas por las grandes y pequeñas contradicciones de los hijos de los inmigrantes. Son bilingües y están en permanente tensión con los valores de sus padres; en sus casas conviven el kimchi con el asado y la chocotorta, y el barrio porteño con los hits del k-pop. El nexo entre ellas es su relación con la directora: hay amigas, una antigua maestra, una hermana. Las dos últimas, cuyas historias se desarrollan más en profundidad, son profesionales y siguen carreras ligadas de algún modo a la belleza (una es profesora de arte; la otra, médica en un centro de estética). Llevan vidas tranquilas que se adivinan un poco solitarias y cargan con sus propios dramas personales irresueltos, entre los que se cuentan la enfermedad, la búsqueda del amor y la presión por el casamiento en un entorno fuertemente tradicional.

A pesar de la sensación de que las historias podrían haberse desarrollado más, o con un hilo narrativo más sólido, el mérito del documental está en que logra capturar algunos momentos de gran intensidad, que muestran las grietas en lo que se dice a medias y que se nos presentan como revelaciones: el sutil reproche de una hermana que quedó en Corea al cuidado de la madre, o la emoción contenida de una chica al ver en Facebook las fotos del antiguo novio que la dejó para entrar en un matrimonio arreglado. Son destellos fugaces, que exponen el carácter del documental como máquina empática: cuando el mecanismo funciona, la cámara actúa como un catalizador y somos testigos privilegiados de una emoción real. Kang tiene el punto de vista del relato (“¿qué es ser mujer y coreana en la Argentina?” parece ser la pregunta implícita que se hace todo el tiempo) y sin embargo no se adjudica un lugar central ni hace girar las historias a su alrededor. Su intervención, cuando ocurre, es más bien discreta, y la identificación se va construyendo a partir de la mirada amorosa —y también algo distante, casi tímida, como en la escena del comienzo— de esas mujeres cercanas a las que Kang les dedica la película.

 

Mi último fracaso (Argentina, 2016), guión de Cecilia Kang y Virginia Roffo, dirección de Cecilia Kang, 61 minutos.

22 Dic, 2016
  • 0

    Emilia Pérez

    Jacques Audiard

    Ignacio Pastén
    30 Ene

    La percepción actual del narcotráfico latinoamericano comenzó a configurarse el 8 de abril de 1986, cuando el presidente estadounidense Ronald Reagan declaró a las organizaciones de tráfico...

  • 0

    Anora

    Sean Baker

    Antonio Gómez
    23 Ene

    De una película sobre una prostituta y bailarina exótica de un club nocturno para caballeros en la zona menos chic de Nueva York esperamos muchos desnudos. Y...

  • 0

    Tótem

    Lila Avilés

    Mariajosé Rodríguez Pliego
    9 Ene

    Narrar desde la perspectiva de una niña requiere ajustar la mirada con que recorremos el mundo. Tótem, la segunda película de Lila Avilés (México,...

  • Send this to friend