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No es igual un “trío de piano” que un “trío de pianos”. Cuando aparece en singular, se sobreentiende que quienes deseen seguir o complementar al instrumento rey —generalmente alguna cuerda o algún viento— deberán aceptar su potestad. Quizá por eso, los músicos italianos Mirko Signorile, Claudio Filippini y Giovanni Guidi (este último tocó recientemente en Buenos Aires en solo set) optaron por sortear el malentendido de la palabra “trío” y titular su precioso y nunca redundante entramado de teclas The Three Pianos. En efecto, hay aquí tres pianistas en busca de los frágiles puntos de equilibrio entre la composición y la improvisación. Y entre la tocada conjunta y la individual. Son tres músicos jóvenes surgidos de esa fantástica segunda nación del jazz en la que, a juzgar por el mosaico de edades y estilos, se ha convertido Italia. Exploran sin redundancias tímbricas ni confusión de texturas un repertorio formado de originales individuales (“Ti Stimo” de Guidi o “For a Film” de Signorile), originales grupales (“Remembering a Hero”, “Union” y “Strength”), una composición de Niccolo Tramontana y tres standards (“My Funny Valentine”, “From this Momento On” y “Smile”).
Predominan aquí las armonías impresionistas, acuáticas, vertidas con cierta impronta cinematográfica —acaso implícita en los antecedentes de soundtracks de Signorile— y el gusto compartido por el desarrollo más o menos libre de motivos que hizo de aquellos conciertos solistas de Keith Jarrett de los años setenta una referencia de época. Si bien apelan a recursos “contemporáneos” —algún que otro golpe sobre el encordado o la marcación del tempo sobre la caja de resonancia—, los tres amigos (cuesta pensar este tipo de reunión sin la alquimia de la amistad) se mueven un poco por fuera del avant garde, cuidando la concisión de la forma (sólo la versión apasionada de “My Funny Valentine” apenas supera los cinco minutos de duración), la regularidad rítmica y un dibujo melódico evanescente pero finalmente reconocible. Obviamente, el desafío de articular tres aparatos sonoros estructuralmente idénticos sin forzar el amperímetro ni congestionar la ruta de las voces tiene un atractivo poderoso. Exige un alto grado de entendimiento —la famosa interacción del jazz, aquí agudizada ante el riesgo de la superposición o el doblaje innecesario— y una propuesta estética definida, más allá de la originalidad del proyecto y las sorpresas que vaya deparando la travesía. Apadrinados por el trompetista Paolo Fresu, estos tres pianistas sorprendentemente dúctiles, tocados por un lirismo que algo esquemáticamente podríamos llamar mediterráneo, exploran con gran elegancia una combinación virtuosa en su proceder y anómala en su historial instrumental. El disco fue grabado en el Fazioli Concert Hall de Sacile, provincia de Pordenone, el 17 de febrero de 2017. Esto explica el hiato expectante que media entre la última nota (¿de cuál de los tres?) y los aplausos.
Mirko Signorile, Claudio Filippini y Giovanni Guidi, The Three Pianos, Musica Jazz, 2017.
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