A Film Unfinished

Una película de propaganda nazi sobre el gueto de Varsovia (1939-1942) en su primer montaje de borrador, editado en Berlín pero sin sonido, exhibida en su totalidad por primera vez, más treinta minutos de metraje de descarte recobrados en la década del noventa, componen el núcleo de A Film Unfinished. La sorpresa es que el descarte –lo suprimido– cifre el “verdadero” régimen del borrador terminado: esa población judía “al natural”, que dándose banquetes y disfrutando de comedias teatrales fue reclutada, actores forzados. Reponiendo lo que se había suprimido, el documental de la joven cineasta israelí Yael Hersonski busca desmontar el relato de la película nazi, filmada durante mayo de 1942 en el gueto, pocos meses antes de que comenzara la deportación de todos sus habitantes judíos, entre polacos y alemanes, hacia el campo de exterminio de Treblinka.

Uno de los aspectos singulares del film nazi original (las latas halladas en 1945 llevaban el título Das Ghetto) es el foco puesto en los niños. Los hay de todas las edades y grados de nutrición. Ellos cuentan su narrativa única: la picaresca en busca de comida, a través del muro que separaba la ciudadela del resto de Varsovia, los contrabandistas de papas y zanahorias, la espera inútil a las puertas de una carnicería y, sobre todo, el banquete de las moscas, porque serán ellos los muertos anónimos de inanición en las veredas.

En una conversación telefónica con Hersonski, le sugerí si esa insistencia en mostrar niños raquíticos no se debía a que el ocupante nazi pretendía mostrar una raza condenada. Pero ella tiene otra mirada: “Por las entrevistas a sobrevivientes, confirmé que la filmación sólo les quedó en la memoria a los niños. Ellos vivían en las calles y eran más curiosos; tenían menos prejuicio ante los camarógrafos alemanes vestidos de uniforme. Y me consta que los camarógrafos los preferían; eran sus actores espontáneos más dóciles. Al contrario, a mí me llama la atención la insistencia en las mujeres en Das Ghetto. He visto cientos de horas de documentales de la época y en ningún otro film hay tantas mujeres; se diría que los fascinaba la capacidad de estas judías de sostener su elegancia y dignidad en el gueto y contra todos los obstáculos”.

La obra de Hersonski quizá no sea una gran película sobre el nazismo. Aunque es sobria y apasionada, no se acerca a Noche y niebla (1955), de Alain Resnais, ni a La guerra de un solo hombre (1981), obra maestra de Edgardo Cozarinsky. Pero, sin proponérselo, reserva algunos interrogantes con dedicatoria para el espectador argentino. El primero es recordarnos y ampliar el gran arco de políticas y posturas filosóficas en la creación y administración de un archivo histórico. ¿Cuándo termina la búsqueda y relectura del material? ¿Cómo se hacen traducibles el pasado y el contexto para las nuevas generaciones, en el caso particularmente desafiante del archivo ciego de la represión militar y las cárceles clandestinas, en el que la experiencia y el despliegue de la historia deben recurrir de manera exclusiva a la reproducción de los medios informativos de la época y el testimonio directo?

A Film Unfinished (Israel, 2010), dirección de Yael Hersonski, 89 minutos.