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¿Hay un mundo por venir? Introducción

DURACIÓNPENSAMIENTO
Aquello que Isabelle Stengers llama “intrusión de Gaia” es algo que nos hace perder todas nuestras referencias. Sí, Gaia es una intrusa, en el sentido de que “nada” se había preparado, pensado, orquestado, previsto o instituido para que pudiéramos vivir bajo su signo.

 

Aquello que Isabelle Stengers llama “intrusión de Gaia” es algo que nos hace perder todas nuestras referencias. Sí, Gaia es una intrusa, en el sentido de que “nada” se había preparado, pensado, orquestado, previsto o instituido para que pudiéramos vivir bajo su signo. Nada, al menos, durante aquel período de la historia que ya no podemos seguir llamando “Modernidad”. Estaba, es cierto, la Naturaleza, esa gran figura fría, eterna y distante, capaz de imponer sus leyes a toda acción humana, incluso a las leyes de la economía. Pero esa divinidad nos resulta, hoy, demasiado anticuada, de un antropocentrismo excesivamente ingenuo. En cierta forma, también ella se secularizó. ¿Cómo podremos, entonces, familiarizarnos con Gaia, la Intrusa? En torno a esto es que intervienen los dos autores de ¿Hay un mundo por venir?, un ensayo de mitocosmología: un antropólogo que es medio filósofo, una filósofa que es medio ecologista. Y por supuesto que no empiezan por el principio (como si hiciera falta ir del Big Bang a la crisis ecológica pasando por Lucy, Lascaux…) sino a partir del único punto desde el que se puede arrancar: desde el fin. No el fin de los tiempos, a la manera de San Juan, sino la “suspensión” de los modos en que el tiempo solía pasar.

El ensayo se inicia con un inventario, una suerte de visita guiada por el patio de los milagros de las monstruosidades filosóficas y literarias en curso, algunas de ellas muy en boga, otras menos conocidas, pero todas sintomáticas del estado de alarma actual. A poco de andar pasamos a la antropología, a aquellos mundos indígenas que jamás necesitaron otorgarse una Naturaleza ni una Cultura. Cambia el tono, porque cambian los mundos. Hacia el final del recorrido hace falta pasar a la política. Es con ella y por ella que el libro cierra, evocando la movilización febril de todos los colectivos conscientes de que el tiempo ya no está de su lado.Y así es como todo recomienza, o como todo recomenzará, haciendo que mucho de lo que nos habíamos habituado a creer quede atrás.

Hay que leer este ensayo como se toma una ducha helada. Para ir acostumbrándonos. Para prepararnos. Esperando lo peor. 

1 Oct, 2015
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