Inicio » TEORÍA Y ENSAYO » Mis héroes

Mis héroes

Tomás Abraham

TEORÍA Y ENSAYO

El polemista Tomás Abraham esgrimía en 2005 en “Por mentiras más incómodas”: “La verdad no es lo que preferimos escuchar, lo que más nos gusta es que nos cuenten historias”. La afirmación sería lugar común para un constructor de ficciones y no de un intelectual formado bajo la tradición filosófica en boga durante los tumultuosos sesenta parisinos. Pero si tenemos en cuenta que sus autores pilares son Deleuze, Foucault y Gombrowicz, la aseveración promueve un complejo diagrama de resonancias. Abraham pretende escurrirse de las aduanas académicas y realizar su labor intelectual por fuera de las instituciones que troquelan conceptos serializados. Sus ejercicios de reflexión suelen ser afortunados y proclives a dejarse seducir por la intención rupturista. Más allá de estos rasgos festejados por lectores incondicionales, no siempre resulta sencillo coincidir con sus opiniones y sistema de argumentación. A veces, en su afán de polémica se vislumbra un exceso en su puesta en escena, y sus tics lingüísticos en busca de un golpe de efecto dejan de sorprendernos.

La última entrega de su pensamiento ensayístico difiere del conjunto de su obra anterior. Mis héroes es una recopilación de textos que oscilan entre la semblanza biográfica, la reseña, el análisis de autores, artistas plásticos y músicos, y una batería de tópicos que se entrelazan a partir de una lectura atenta. Provocan a recorrer sin respiro, agradeciendo la transparencia de su escritura precisa, que entierra sin pudor las jergas innecesarias. La recopilación de estos textos está dedicada a su amigo Christian Ferrer, quien de un tiempo a esta parte ha deslumbrado con la ejecución de laboriosas biografías que plasman una configuración lateral de la cultura argentina (Ezequiel Martínez Estrada, Jorge Barón Biza, Néstor Perlongher, Ignacio B. Anzoátegui, Héctor Murena, etcétera). Será por eso que la dedicatoria no puede considerarse simplemente ligada al vínculo de la amistad, sino al señalamiento de un autor que transita por senderos que a primera vista intuimos comunes. Pero Ferrer tiende al áspero escepticismo, mientras que la escritura de Abraham está despojada de su sarcasmo ácrata y sus ribetes de puñaladas. Los textos de Abraham son más amables, serenos, cordiales; acaso menos incisivos. En cualquier caso, es grato inmiscuirse en una dimensión de pensamiento que depara sorpresas e interpela. Los textos sobre Sándor Márai, Tulio Halperin Donghi, François Châtelet, Emilio Rodrigué, Richard Sennet, Gilles Deleuze, Byun-Chul Han y Jacques Ranciére son esquirlas sobresalientes por su impulso crítico avasallante. Su contrapunto endeble se estanca en Ernesto Sabato, el profesor Nicolás Perdomo, Peter Sloterdijk y Domingo F. Sarmiento.

Horacio González afirmó alguna vez sobre la reflexión y la escritura de Abraham: son ademanes que “cultivan brillos sentenciosos, y también tajantes giros despectivos […]. Le gusta sorprender a Abraham. Piensa la política a golpes de martillo”. Tal vez la apreciación de González engarce con los textos anteriores. En Mis héroes se respira un vibrante agradecimiento por quienes han sido a través de la vida sus compañeros de ruta. No es un gesto menor. Tal vez el resultado sea la pasión que lo convocó a enfrentarse con el núcleo de sus simpatías.

 

Tomás Abraham, Mis héroes. Ensayos de admiración, Galerna, 2016, 630 págs.

 

15 Sep, 2016
  • 0

    Notas de paso

    Federico Monjeau

    Carlos Surghi
    4 Abr

    Variedad y continuidad, como los acordes de cualquier composición, hacen a este libro de Federico Monjeau. Variedad, porque no sólo de música clásica y contemporánea están hechas...

  • 0

    Pero aun así

    María Moreno

    Andrés Tejada Gómez
    21 Mar

    Hace años, Enrique Symns glosaba la paranoica teoría de Burroughs sobre el lenguaje como sistema virósico: “Los virus orales no son por hablar, son por escribir y...

  • 0

    Permiso para viajar

    Patrick Bixby

    Lucrecia Labarthe
    21 Mar

    Desde hace muchos años, los habitantes de los países centrales, aunque no solamente ellos, se dividen en “legales” e “ilegales”. La ciudadanía que algunos poseen...

  • Send this to friend