Otra Parte es un buscador de sorpresas de la cultura
más fiable que Google, Instagram, Youtube, Twitter o Spotify.
Lleva veinte años haciendo crítica, no quiere venderte nada y es gratis.
Apoyanos.
Una signatura (palabra inusual en español que advierte de inmediato su condición de cosa traducida) remite a una firma, pero más que a una firma remite a una huella, a la inscripción que nos deja una experiencia traumática o al menos recurrente; de esas que nos signan y, finalmente, nos designan. La experiencia traumática es aquí el cine, esa forma particular con la que el siglo XX organizó nuestra memoria visual. Pero antes que sobre cine, Signaturas de lo visible es un libro sobre esa forma particular (histórica) que adquirió recientemente lo visible. Es, en última instancia, acerca de algunas películas sobre las que Fredric Jameson cree haber “escrito bien”, que es algo que lo condena (según su propia confesión) a no poder volver a verlas nunca más. Porque como una serie de heridas, de signos que designan, las películas nos suceden, les suceden a nuestros sentidos en realidad. Son “una experiencia física” que nos atraviesa. Con ese gesto como método, el libro transita algunos artefactos visuales (El resplandor, Tarde de perros, Vértigo, el cine de Hans-Jürgen Syberberg), interpelados todos como documentos de cultura y como cuerpos al mismo tiempo; siempre desde el sesgo, a contrapelo, para conquistar una reveladora anamorfosis en la que se devele la totalidad social que los tiñe y les da vida, esa fantasía compartida sobre el aspecto del mundo. “Lo visual es esencialmente pornográfico”, dice Jameson, “su finalidad es una extática y despreocupada fascinación”. Entonces, todo lo demás se presenta como una excrecencia, una prótesis del sentido, una crónica autoindulgente de lo que nos pasó como espectadores: eso que se termina volcando en los ensayos sobre cine. Sobrevuela una pátina autobiográfica en esta idea con la que Jameson enmarca sus trabajos, cuando la promesa de un análisis revelador se ubica en el interior de una experiencia subjetiva, tan innecesaria como única.
Como una genealogía intelectual (un itinerario hacia La estética geopolítica), el volumen concentra en su primera parte artículos aparecidos en inglés entre 1977 y 1986. La segunda parte del libro (casi un tercio de sus páginas) se compone íntegramente de un extenso trabajo llamado “La existencia de Italia”, que funciona como una suerte de periodización dialéctica de la historia del cine en el campo expandido del desarrollo de la imaginación capitalista. Este último es el único texto escrito especialmente para el libro, que Routledge editó por primera vez en 1992; pero también es el único que, paradójicamente, ya se conocía en español, ya que la revista Kilómetro 111 lo publicó en sus números 4 y 5, entre 2003 y 2004; es cierto que en otra traducción, lo que para un trabajo de Jameson supone siempre un nivel de novedad.
Fredric Jameson, Signaturas de lo visible, traducción de Margarita Costa y M. G. Burello, Prometeo, 328 págs.
Un punto de discusión recurrente en la crítica contemporánea tiene que ver con la ubicación de lo abyecto bajo el paraguas de algo que todavía puede seguir...
Podemos rondar una idea muy linda, si evitamos el riesgo de alegoría que acecha en toda metáfora: el mundo como una enorme conversación que lo abarca todo,...
La edición crítico-genética de Literatura argentina y política de David Viñas, a cargo de Juan Pablo Canala, que EDUVIM viene de publicar en dos tomos, es, como...
Send this to friend