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Ruge el bosque. Volumen 2: Ecopoesía de Mesoamérica

Valeria Meiller / Whitney DeVos / Javiera Pérez Salerno (eds.)

LITERATURA IBEROAMERICANA

Este es el segundo volumen de la antología plurilingüística Ruge el bosque: Ecopoesía de Abiayala/Afro/Latino-América. El libro reúne poemas de distintos autores y en distintas lenguas, producto de una búsqueda de voces erigidas en torno a poéticas medioambientales y preocupadas por la pérdida de biodiversidad y diversidad lingüística como dos fenómenos ecológicos concomitantes.

Si un lenguaje es una visión del mundo, una a la que subyacen una historia, una filosofía, un entramado de ideas y afectos, la pérdida de un lenguaje es un desastre humanitario, un paso más en el sentido de una globalización que busca una unidad en la mercantilización en la que todos somos sólo consumidores, y un monolingüismo que aplana toda diferencia.

El mercado es indiferente ante esta catástrofe, como lo es ante la crisis ambiental, sobre todo porque es su principal causante y porque el rédito que saca de esa destrucción es enorme.

Y además estas lenguas en extinción, antiguas, minoritarias, vencidas, pertenecientes a comunidades originarias de los territorios que después fueron América, tienen otra forma de pensar al ser humano y su relación con el mundo, una en la que aquel no es el centro ni es un ser superior que deba someter a todo el resto a su voluntad, necesidad y deseo.

Recorremos poemas escritos en maya, garífuna, náhuatl, kuna y kriol beliceño, entre otras lenguas. Algunos aparecen junto con traducciones al español y otros incorporan palabras de lenguas originarias; hay también poemas escritos en inglés. Se trata de otras cosmovisiones, en las que el alimento se agradece a la tierra, el agua, el sol, el aire, que lo hacen posible, en las que las personas viejas no son desechos sino parte importante de una comunidad que aprecia sus experiencias y saberes; aquí los ríos y las montañas son seres vivos, los animales otros tantos iguales de los humanos, también portadores de saberes y experiencias.

Hay también poemas de lamento, de queja o de bronca ante la desaparición gradual de un mundo, de pueblos, de formas de vida, o humorísticos, como los del mexicano César Cañedo. Nos alertan ante el imperativo tanático que rige la producción masiva de mercancías, la explotación descontrolada de los recursos, la continuidad de la organización humana tal como se está viviendo actualmente, la visión que pone al ser humano en el centro de un mundo que no le pertenece ni le perteneció nunca como propiedad privada.

Las poéticas y sus poetas abarcan desde la frontera del Río Bravo hasta la punta de la Patagonia, y se enlazan en la necesidad de repensar hasta qué punto las expresiones poéticas de estos territorios cuestionan y problematizan el concepto mismo de “ecopoesía”, en la medida en que les poetas proponen formas de vinculación entre animales humanos y no humanos, entre especies y territorios, entre lo natural y lo supranatural, que resisten la captura del concepto de naturaleza tal como se entiende en la filosofía occidental, desde un punto de vista supranacional. La poesía aquí busca tender lazos de cooperación a través de las fronteras: “mi lengua es cueva / que guarda los ecos / como el corazón guarda la vida”, dice Gerardo Polanco al inicio del libro (“my tongue is cave / that keeps echoes / the way hearts keep life”), y son los caminos de esa vida, variada, en constante transformación, que se piensa como un punto mínimo en una cadena de historia y de historias, mezclas, diásporas, deseos y escrituras, los que el libro despliega.

Flores, tierra, manos, agua que corre, animales grandes o pequeños, mestizaje, historias de conquista y resistencia se reúnen para presentar su visión, para dar voz a lo que quedó acallado, para actualizar un tono ya celebratorio, ya melancólico, ya abiertamente político, que busca decir una experiencia. Hay dolor y hay el gozo del rescate, y hay, sobre todo, un impulso que vibra en las lenguas mezcladas, como si dijera todo el tiempo, de esto estamos hechos, aunque muchas veces no lo recordemos o no queramos recordarlo. Estos poetas entonces, con su biografía y su posición vital que se consigna brevemente, y, sobre todo, con su poesía, están aquí para rescatar “la esencia de la flor / guardada en la memoria” (Aiban Velarde), y recordarlo.

 

Valeria Meiller, Whitney DeVos y Javiera Pérez Salerno (eds.), Ruge el bosque. Volumen 2: Ecopoesía de Mesoamérica, poemas de Gerardo Polanco, Wilma Esquivel Pat, Murvin Andino Jiménez, Yolanda Rossman Tejada, Aiban Velarde, Alexandra Lytton Regalado, César Cañedo, Gliselle Marin, Renzo Castro, Isabel Zapata, Patricia Trigueros, Willy Palomo, Wingston González, Taira Edilma Stanley Icaza, Ubaldimir Guerra, Lety Elvir, Paula Piedra, Martín Tonalmeyotl, Rosa Chávez, Ubia Üai Jä, María Montero y Aleida Violeta Vázquez Cisneros, Caleta Olivia, 2024, 408 págs.

24 Jul, 2025
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