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Un cuerpo tendido en el suelo, cubierto de pies a cabeza por un velo blanco. Es un espectro que se despierta, gime, un recuerdo sofocado que encuentra de pronto un poco de aire y comienza a latir nuevamente, con la fuerza de lo inacabado. Habla: “Primero el cuerpo”, repite insistentemente. Es un conscripto argentino (Richard Dubelski), categoría 63. Un muerto de la Guerra de Malvinas, un testimonio de la violencia. La reverberación del pasado en el presente es el problema que interroga Aliados, la ópera de los argentinos Sebastián Rivas y Esteban Buch presentada en el Théâtre de Gennevilliers de París, en el marco del Festival ManiFeste 2013 del IRCAM. Lo hace a partir de la recreación de una historia puntual: el 26 de marzo de 1999 la ex primera ministra británica Margaret Thatcher (Nora Petrocenko) realiza una visita de apoyo al dictador chileno Augusto Pinochet (Lionel Peintre), retenido en un departamento londinense por orden del juez Baltasar Garzón. El encuentro televisado entre esos dos personajes otrora poderosos y hoy seniles desnuda con terrible ironía el costado más trágico de su alianza estratégica durante el conflicto armado de 1982. Sus palabras aparecen constantemente resignificadas ante la presencia, subterránea pero indeleble, de ese conscripto fallecido durante el hundimiento del Crucero General Belgrano con el que se inició la guerra. “Dónde está el cuerpo del colimba / Desaparecido su cuerpo de ese lugar”, insiste esa voz del pasado que regresa hacia el final de la obra. Situado en el presente más absoluto –el de la representación que está ocurriendo–, el espectador de Aliados se convierte entonces en el testigo de un entramado histórico complejo, discontinuo y siempre abierto.
El dispositivo escénico a cargo de Antoine Gindt refuerza la propuesta de “una ópera del tiempo real”. El cuadro se divide horizontalmente en dos: abajo, la acción acontece; arriba, una pantalla transmite las filmaciones que está realizando sobre la escena misma un grupo de camarógrafos. El sentido espectacular de la escena se multiplica: Pinochet y Thatcher hablan a la vez para ellos mismos, para el otro, para las cámaras y para la Historia. ¿Adónde se produce, finalmente, el encuentro entre estos dos personajes?
La música de Rivas, interpretada con precisión por los cantantes y el Ensemble Multilatérale, se constituye en el eje a través del cual la operación de montaje de Aliados cobra toda su fuerza. Sin reivindicar una estética del collage sino más bien la actualidad de un género operístico ideal para la mixtura, la segmentación y las referencias variadas, Rivas encuentra espacio para un tango, una cueca o una canción a lo Billie Holliday, sin resignar por ello su lenguaje personal. La referencia a Historia del soldado (1917) de Igor Stravinsky, apenas insinuada en el comienzo pero largamente confirmada después, no parece una casualidad. A casi cien años de aquella obra de tiempos de guerra, Aliados descubre una vez más en la ópera el lugar desde donde contar otra historia de soldados.
Aliados (Alliés). Un opéra du temps réel, música de Sebastián Rivas, libreto de Esteban Buch, puesta en escena de Antoine Gindt, 80 minutos, Festival ManiFeste 2013 del IRCAM, Théâtre de Gennevilliers, París, 14 a 19 de junio de 2013.
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