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Un acantilado es el límite entre la piedra y el vacío. Un detenimiento en la estructura del paisaje que invita a contemplar de forma silenciosa la belleza en la irregularidad del accidente geográfico y el sonido de la atmósfera que lo rodea. Los acantilados (2012, de circulación este año), el último trabajo discográfico de Ulises Conti, presenta un conjunto de temas instrumentales para un ensamble que varía según cada track: piano, guitarras, contrabajo, violonchelo, viola, corno francés, lap steel y serrucho. En el disco prevalece la composición del color y las intensidades a través de diversas combinaciones tímbricas. La resultante propone un recorrido, una música que acompaña el viaje por distintas visiones sonoras libradas cuadro por cuadro a nuestra imaginación.
Este trabajo podría describirse como una suite moderna al estilo de Cuadros de una exposición. Mussorgsky compuso esta obra en 1874 con la intención de “dibujar en música” los cuadros del artista V. A. Hartmann, pero Ulises Conti parece ilustrar escenas imaginarias. “Cañones ocultos entre las flores” es la primera: una obertura que nos prepara para el viaje. A través de la tímbrica del corno francés, sugiere un tiempo lejano, una melodía que crece de a poco y se repite con una orquestación mínima, delicada. Me hace pensar en una de las Canciones sin palabras y se vuelve presente la reminiscencia de Mendelssohn. Se trata de historias contadas por las voces de los instrumentos. “El furor de un rayo”, “Museo de la tentación”, “Canción de despedida”, “La costa salvaje”, son algunos de estos retratos en forma de canción.
Este es el séptimo de una serie de discos editados por el sello Metamúsica. Además de la edición en CD, se realizó una versión en disco de vinilo, un formato vintage que propone cierto color sonoro de un tiempo que parecemos recordar.
La obra de Conti abarca distintas colaboraciones en cine, teatro, danza y literatura, construyendo un territorio propio entre los límites de una tradición de la que toma ciertos elementos y la exploración de un lugar conceptual particular, al borde del acantilado. En 2011 publicó su primer libro, En Auckland ya es mañana (Mansalva), un diario poético sobre recuerdos y experiencias de viaje. Este año realizó una serie de presentaciones experimentales llamadas El piano invisible, donde un texto acerca del sonido antecede la interpretación musical. El sentido de las lecturas introductorias, en este caso, pretende un efecto de resonancia, como una música antes de la música. “¿A dónde van los sonidos de una ciudad después de todo un día? ¿A otra ciudad? ¿Se disipan convirtiéndose en ecos?” (conferencia de El piano Invisible).
El mundo musical de Ulises Conti podría traducirse en postales, fotos e historias de colección. Una invitación a percibir la musicalidad de lo que vemos, el sonido de los recuerdos: la banda sonora del trémulo hoy.
Ulises Conti, Los acantilados, Metamúsica, 2012.
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