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Hay una literalidad ambiciosa en On Time Out of Time, el disco más reciente de William Basinski. Al compositor norteamericano siempre le interesó abordar el concepto del tiempo en su música y, más que nada, el choque entre el pasado y el presente. En 2002 se ganó el respeto de la crítica con The Disintegration Loops, un disco que registraba cómo un loop de piano grabado en cinta analógica se deterioraba con cada repetición. Basinski terminó de grabarlo en la terraza de su departamento en Nueva York mientras miraba el humo de la caída de las Torres Gemelas avanzar sobre el cielo de la ciudad. Su más reciente colaboración con el australiano Lawrence English se tituló Selva Oscura, un disco producido a la distancia e inspirado en cómo las relaciones humanas se pierden en el tiempo y el espacio. Pero para emprender su último disco Basinski fue a las fuentes y utilizó grabaciones exclusivas del observatorio de ondas gravitatorias LIGO en Washington, que capturan las ondas producidas por la colisión de dos agujeros negros masivos. La colisión se calcula que sucedió hace 1,3 billones de años, cuando dos agujeros negros se acercaron tanto que no pudieron escapar a su gravedad y generaron las ondas gravitatorias que viajaron por el espacio hasta ser capturadas por el interferómetro del observatorio. Los científicos describen este suceso como un evento de extrema violencia temporal cuyos efectos superan al conocimiento humano. Basinski lo describe como una historia de amor.
On Time Out of Time está integrado por la suite principal de casi cuarenta minutos que da nombre al disco y por una versión de diez que fue usada en la instalación “ER=EPR” de los artistas Evelina Domnitch y Dmitry Gelfand en el marco de la exibición “Limits of Knowing” (Martin-Gropius-Bau de Berlín). Pero los treinta minutos de diferencia sirven para que Basinski construya una pieza en la que el tiempo se detiene. A diferencia de trabajos pasados de Basinski, On Time Out of Time no se desarrolla a partir de la repetición y degradación, sino que avanza a través de los estados opuestos de clímax y relajación. Los primeros minutos crean un vacío aséptico, mediante un zumbido fantasmal y un retumbo grave y distante que va marcando un ritmo. Más tarde, aparecen silbidos metálicos que se vuelven melódicos, como una steel guitar gilmouriana. Después de un intervalo silencioso, los minutos finales incorporan efectos psicodélicos que llevan a un final cálido. El track se disuelve en ruido blanco y silencio.
No hay nada “musical” en las grabaciones de LIGO, y por más que la colisión de los agujeros negros produzca una ruptura espacio-temporal con más energía que todas las estrellas del universo conocido, el material no es especialmente energético. Las grabaciones producen una sensación más relacionada con el vacío y los años luz de abismo cósmico que esas ondas tuvieron que atravesar para llegar a la Tierra. No obstante, Basinski toma el material para construir una de sus composiciones más emotivas y románticas. La colisión de dos agujeros negros es un suceso más allá del límite del entendimiento racional, y ese es el mismo ideal al que Basinski ambiciona llegar con esta pieza.
William Basinski, On Time Out of Time, Temporary Residence Limited, 2019.
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