A propósito de «Intercambio sobre una organización», de Violeta Kesselman »

Juan Laxagueborde

16 May, 2013
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Estamos ante un libro central porque expone que la literatura, en todo caso, atiende a problemas concretos de la realidad. Y entiende que el realismo no es contar esa realidad, sino advertir sobre su potencia. Condicionarla. Hablarle en paralelo con la certeza de lo acontecido. Ir detrás de una época para no ser un cínico que subestima sus alcances. Estamos ante un texto de y para la militancia...

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