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La ciencia inútil

Julián Terán

ARTE

Cuentan los historiadores de la astronomía que, celoso de proteger su autoría, Galileo Galilei dio a conocer a un ilustre correspondiente algunos de sus descubrimientos encriptados en complejos anagramas. Johannes Kepler, guiado por una interpretación equivocada, creyó descifrar en ellos el anuncio de la existencia de satélites alrededor de Marte y de una “gran mancha roja” en Júpiter. Lo curioso del caso es que investigaciones posteriores verificaron empíricamente la corrección de los incorrectos “descubrimientos” textuales de Kepler.

La ciencia inútil, la reciente muestra de Julián Terán, ensaya en clave poética, telúrica y, sobre todo, estrictamente personal, un modo de formular el vínculo entre los astros y los textos, entre lo que se ve y lo que se dice.

¿Qué media la relación entre los mapas celestes y la música folclórica? La respuesta de Terán es “la línea”; o, más específicamente, “una serie de líneas”. Y esta es, posiblemente, una respuesta también al anagrama que encierra la producción artística bifronte de Terán (músico y dibujante). La ciencia inútil es un ejercicio sobre la frontera (es decir, sobre un cierto tipo de línea) que regula las distancias, las proximidades y los solapamientos entre la línea del dibujo, la línea de texto (la letra) y la línea musical (el pentagrama).

Como ya lo hiciera en anteriores series, Terán vuelve su atención sobre los sistemas que dan forma (informan, performan, deforman) nuestras representaciones del mundo. Las obras son, también en esta oportunidad, enfáticas, precisas, laboriosamente minuciosas: una instalación de pentagramas perforados que replican la disposición de las estrellas; unas cartografías en las que se representa el modo en que se mapea la bóveda celeste; una serie de textos que delimitan figuras geométricas a las que se superponen formas fulgurantes; una arquitectura modulada en hojas milimetradas donde se prefigura una taxonomía (potencialmente infinita) que reúne las letras de canciones folclóricas con los esquemas de movimiento de las constelaciones. Los textos que utiliza Terán son el resultado de otro tipo de tránsito cósmico, el ciberespacial: las letras de canciones folclóricas originales han sido modeladas por pasajes sucesivos de una lengua a la otra, hasta regresar al castellano, por el traductor Google Translate.

Como invitaba a hacerlo el texto de sala, cinco episodios frenéticos de iluminismo lindneriano, cabe esperar que, del mismo modo que le ocurrió a Kepler, le corresponda al progreso científico transformar esta “ciencia inútil” de Terán en la ciencia teránica del porvenir.

 

La ciencia inútil, Julián Terán, Galería Nora Fisch, Buenos Aires, 14 de agosto – 11 de septiembre de 2015.

 

24 Sep, 2015
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