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Soñé que me rapaba, me convertía en varón y desfilaba con un papel entre los dientes es el título de la exhibición de Maruki Nowacki en la galería UV. Algún curador multiuso, de esos que se “desviven” tratando de acercar el arte al gran público, diría que el título no se entiende y que es bastante problemático. Habría que explicarle que UV es un chiste problemático, una parodia de la escena artística contemporánea, la cual pide a gritos reírse de sí misma. Esta vez la galería decidió correrse del lugar de niño revoltoso que aspira a ser el mejor mamarracho y se puso seria y calma.
Las instalaciones de Maruki Nowacki se presentan en la sala principal; uno las recorre tratando de no pisar cal y telas cubiertas de polvos rojos y violetas que dificultan el paso. Estos materiales remiten a un cuerpo desintegrado o a un bloque de cemento que podría haber encerrado la obra. Pareciera que Nowacki ubica el objeto que uno observa, manos que atraviesan un plano, una columna vertebral hecha con caras, un molde que pretende ser un vestido, y a su vez lo pone en relación con siluetas o formas de un pasado bastante cercano, como espejismos que se debaten entre ser esbozos o artefactos con una función clara, un debate abierto a transformar la galería en un mapa de acciones y caminos para direccionar la curiosidad. Claramente, imágenes muy serias.
Soñé que me rapaba… provoca un espacio de ficción que genera duda y extrañeza: donde antes había puertas, ahora hay puertas pintadas; donde antes había una casa, ahora hay una exhibición. El mecanismo del absurdo funciona porque habita en todas las cosas y permite situaciones nuevas o que habían sido olvidadas. No hay rincón de la galería que escape de él. La identidad de la obra se extiende más allá de los objetos, como vibraciones de una estrategia pensada por Nowacki. Una estrategia hecha a partir de la gracia y el humor, pero con un elevado grado de compromiso que hace sombra a las exageradas carcajadas que a veces se imponen en UV. Una última cuestión muy seria: en la galería hay cuatro puertas enfrentadas entre sí, están para mirarse todo el tiempo, dentro de un pasillo ridículamente pequeño.
Maruki Nowacki, Soñé que me rapaba, me convertía en varón y desfilaba con un papel entre los dientes, curaduría de Alejo Ponce de León, UV Estudios, 10 de junio – 5 de agosto de 2017.
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