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La puesta —específicamente diseñada para el espacio del museo— se compone de diez performers y una escultura de hierro. Esta última funciona como partitura formal de los cuerpos que, al moverse, establecen conexiones y se tensionan con la arquitectura del museo y el público. Totalmente cubiertos por catsuits metálicos y tornasolados, los bailarines se desplazan por pisos, escaleras y ascensores, interactúan con el objeto-escultura, realizan secuencias, se reúnen, posan y vuelven a repetir el ciclo.
Todo esto sucede en VI sesión en el Parlamento de Osías Yanov, exhibición presentada por el Malba con curaduría de Laeticia Mello, en el marco de la Bienal de Performance BP.15. Se trata de la sexta instancia de un proceso de investigación que Yanov comenzó en I<>I< y desarrolló hasta Dinámica de encaje (I y II).
“¿Cómo sería un parlamento de cuerpos donde se sesione a partir de coreografías?”. Esta pregunta es explorada por los cuerpos ejecutantes a través de series de movimientos que establecen diálogos que desbordan los ejes habituales de la identidad. En palabras de Mello, la obra de Yanov configura “una nueva imagen que se ubica en los límites de lo sexuado como postura disidente”.
En el transcurrir de la performance se despliega una gramática compleja. Aquellas entidades performers que al principio parecían totalmente uniformadas —distinguibles sólo en virtud de sus movimientos— comienzan a develar particularidades: énfasis en las características de los cuerpos qua cuerpos. Los catsuits son todos iguales, pero algunos dejan ver piel, vello corporal, tatuajes. El calzado emerge como un protoíndice sexual: una zapatilla deportiva ya no ligada al pie, sino a la cara (a lo Slava Mogutin) que hace rizoma con la escultura. Por otro lado, los tecnotacones transparentes de la presencia/prótesis femenina que modela por los pasillos. Hay un único performer del cual podemos predicar masculinidad: lejos de constituir un eje cartesiano de inteligibilidad corporal, no es más que un epifenómeno del breakdance. Se trata de pequeños detalles que contaminan aquella primera neutralización de vestuario. No hay género sino fugas y generizaciones parciales, raras, sinecdóquicas.
La primera operación que parece abstraer y uniformar al elenco se permuta en matriz que habilita el retorno de los cuerpos en otras claves. Desde allí se opera la composición mediante ritmos, secuencias, con la forma como principio organizador. A través de la performance, el resto de la información retorna distinta: en virtud de la primera exclusión, se da el despliegue que permite la recodificación de esos cuerpos.
Osías Yanov, VI Sesión en el Parlamento, curaduría de Laeticia Mello, Bienal de Performance BP.15, Malba, Buenos Aires, 20 de marzo – 8 de junio.
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