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El fin del amor

Tamara Tenenbaum

TEORÍA Y ENSAYO

Hay libros que cuestionan, que nos hacen pensar y preguntarnos, y hay libros que acompañan; este es uno de esos raros ejemplares que hacen ambas cosas a la vez. El fin del amor aborda muchos de los problemas más desconcertantes y complejos de nuestras vidas íntimas y cotidianas, y lo hace con la mezcla justa de modestia y ambición: con la honestidad de quien escribe desde su lugar y su experiencia, pero sin renunciar a abrir la escucha y la reflexión.

En una entrevista publicada hace poco, Virgine Despentes cuenta que dejó tanto el alcohol como la heterosexualidad entre los treinta y los treinta y cinco años: “Parar de beber es extremamente difícil. Abandonar la heterosexualidad es una fiesta”. Además de la risa —que también es una forma de acompañar—, algo de sus palabras para nosotras, “pobres heterosexuales” (que no sólo tenemos que lidiar con nuestras propias preguntas y conflictos sino también cargarnos “con toda la mierda de la masculinidad heterosexual, que es una catástrofe internacional extrema”), toca una verdad difícil y no tantas veces enunciada. ¿Qué queda para las que no podemos o no queremos, al menos por ahora, dejar el alcohol y/o la heterosexualidad? ¿Cómo seguir disfrutando de las relaciones con hombres, en este momento histórico tan particular que vivimos? O quizás debería decir, más bien, ¿cómo empezar a disfrutarlas por fin?

A lo largo de sus ocho capítulos, el libro de Tenenbaum se enfrenta con esas preguntas recorriendo distintos terrenos: la pareja y la soltería, el poliamor y las relaciones abiertas, las apps de citas y los ideales de belleza, el consentimiento y los escraches, la maternidad…; en conjunto, El fin del amor ofrece un verdadero mapa de las complejidades afectivas y vinculares de la actualidad. En el cuarto capítulo, que es central no sólo por su ubicación (y que se publicó entero online en Anfibia), se encuentran varias de las claves que hacen de este libro una reflexión coherente y no un mero repaso de temas de actualidad. Si las metáforas que siguen imponiéndose para abordar los vínculos y afectos contemporáneos son las del mercado, el consumo, la inversión, entonces lo que tenemos que ponernos a desarrollar —dice Tenenbaum— es una “economía política del amor”: necesitamos revelar los mandatos, las lógicas, las fuerzas disciplinadoras y asimétricas que operan en las sombras, que encauzan y siguen dirigiendo los deseos, las subjetividades y las maneras de vincularnos luego del proclamado “fin” del amor romántico.

Con todo, el título del libro —aunque por cierto potente— no es del todo exacto. Por un lado, porque no hay entre sus páginas ningún certificado de defunción del amor romántico. Por el contrario, ya desde el primer capítulo nos confronta con la pregunta por su supervivencia fantasmática: ¿por qué nos cuesta tanto, mujeres “empoderadas” del siglo XXI, despegarnos de la promesa de ese amor, si nunca ni siquiera nos había prometido felicidad? Pero el título es algo engañoso también en otro sentido; y es que El fin del amor es un libro que rebalsa de amor. Un libro amoroso, que acompaña; un libro con la mira puesta en un amor otro, en el fantasma de un amor por venir. Un amor de amistad, de deseo y de empatía, ese que aquí y ahora tenemos la tarea de inventar.

 

Tamara Tenenbaum, El fin del amor. Querer y coger, Ariel, 2019, 318 págs.

27 Jun, 2019
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