Otra Parte es un buscador de sorpresas de la cultura
más fiable que Google, Instagram, Youtube, Twitter o Spotify.
Lleva veinte años haciendo crítica, no quiere venderte nada y es gratis.
Apoyanos.
Más allá de versiones romantizadas, la figura de Hannah Arendt presenta una complejidad que impide un tratamiento hagiográfico. En ese sentido, en Hannah Arendt. Una biografía intelectual, Thomas Meyer ofrece una aproximación rigurosa a la trayectoria de una pensadora que enfrentó los dilemas históricos y filosóficos que el siglo XX arrojó con brutalidad sobre la subjetividad moderna. Esboza los puntos claves de su vida: su relación sentimental con Martin Heidegger, marcada por la ambigüedad moral y política; la influencia ética y metodológica de Karl Jaspers, verdadero mentor intelectual que le permitió conjugar historia y filosofía; y sus principales obras, especialmente Los orígenes del totalitarismo (1951) y Eichmann en Jerusalén (1963), en las cuales se despliega con mayor potencia su mirada crítica sobre los dispositivos de poder y alienación propios de los regímenes autoritarios.
La mirada de Meyer tiene virtudes y debilidades. Por empezar, la relación con Heidegger no puede reducirse a un affaire ni a una mera contradicción biográfica. Se trata de un vínculo ideológico problemático: Heidegger fue un intelectual comprometido con el comienzo del nazismo, mientras que Arendt —judía y exiliada— intentó procesar teóricamente el mal radical que ese régimen encarnó. Sin embargo, Meyer elige tratar este episodio con una neutralidad que no llega a problematizar sus consecuencias políticas. Más fructífero resulta el recorrido por la relación con Jaspers, con quien Arendt afina su preocupación por la responsabilidad moral del sujeto en la historia, alejándose de las ortodoxias y acercándose a una idea de libertad como capacidad de actuar en lo común, en la pluralidad del mundo, que posibilita un desplazamiento desde el pensamiento especulativo hacia una praxis filosófico-política.
Luego, Meyer sitúa como eje de la producción intelectual de Arendt Los orígenes del totalitarismo, donde la pensadora traza una genealogía de los regímenes totalitarios del siglo XX como formas de destrucción sistemática del mundo y de las condiciones mínimas para la existencia de lo político. Recuerda que no se trata sólo de represión y violencia, sino de la imposición de una lógica ideológica que niega la realidad concreta y produce una ficción total que se impone como única verdad. Este análisis mantiene hoy una vigencia inquietante. En un mundo gobernado por la dinámica de la posverdad, la negación de lo empírico no desaparece con el fin de los totalitarismos clásicos; se transforma. Allí donde antes operaba una censura férrea y la supresión directa de las libertades, hoy asistimos a una proliferación de falsedades impulsada por algoritmos, en nombre de una “libertad de expresión” formal que incluye incluso el derecho a negar lo evidente. En ese sentido, podría decirse que el negacionismo contemporáneo, diseminado por las plataformas digitales, actúa como un nuevo mecanismo de dominación: no necesita eliminar físicamente a los sujetos, basta con disolver su acceso a una realidad común, reemplazada por relatos alternativos fabricados a medida. Arendt ya advertía que el totalitarismo no nace solo de la represión, sino de la eliminación del juicio crítico, de la anulación del mundo como espacio compartido. Es una lectura sin dudas recuperable hoy, desde una crítica al capitalismo cognitivo, que convierte la desinformación en mercancía y la subjetividad en producto.
En líneas generales, Meyer ofrece una biografía sólida, documentada, útil para quien desee conocer la vida y obra de Arendt. Pero su lectura es académica y liberal: subraya la independencia de su pensamiento arendtiano, su singularidad, sin poner en tensión sus contradicciones internas. En cualquier caso, la verdad es que es un pensamiento profundamente político, que nos confronta con preguntas esenciales sobre el poder, la verdad, la historia y la acción, y ofrece herramientas para pensar los dispositivos ideológicos del presente: la desinformación algorítmica, la neutralización del juicio crítico y la mercantilización del lenguaje. Acaso sea importante no sólo recordar a Arendt, sino poner sus postulados a trabajar dialécticamente en un análisis del mundo que habitamos.
Thomas Meyer, Hannah Arendt. Una biografía intelectual, traducción de José Rafael Hernández Arias, Anagrama, 2025, 555 págs.
“No nos van a matar ahora, a pesar de que ya nos matan”, escribe Jota Mombaça. Artistx y escritorx brasileñx, Mombaça es negrx y trans no binarie,...
Refiriéndose al pasado, que por lo general está hecho de personas que en algún momento se cruzaron con uno, María Moreno comienza así su libro más reciente:...
Si estamos asistiendo a un cambio cultural, tecnológico e incluso humano sin precedentes, que implica un salto cualitativo en la historia de la humanidad y del mundo,...
Send this to friend