Inclusiones

Una vez más, y tal como sucedió en sus entregas anteriores, Nicolas Bourriaud se propone intervenir en el debate estético contemporáneo con hipótesis fuertes y vocación programática. Dispuesto a identificar las líneas de fuerza de una coyuntura interpelada como nunca por los desafíos y paradojas impuestas por el Antropoceno, o mejor por el Capitaloceno, en Inclusiones. Estética del Capitaloceno interroga ese núcleo opaco y siempre problemático de cuestiones que solemos resumir con la palabra “actualidad”, catástrofe ecológica y pandemia mediante. Para eso, hace foco en las dimensiones estética y ético-política de prácticas artísticas que denomina inclusivas, abiertas a intercambios plurivalentes entre humanos y no humanos. Intenta pensarlas por fuera de la lógica sujeto-objeto y del binarismo naturaleza-cultura, sin reivindicar una simple disolución del arte en lo viviente sino con el objeto de pensar tráficos, movimientos y formaciones capaces de acoger y exponer críticamente las manifestaciones de lo invisible ―de los virus a los algoritmos― que gobiernan la fisonomía material y la filigrana simbólica de nuestros mundos cotidianos.

Retomando los debates sobre el humanismo en la era de la alteración química e informática de los cuerpos individuales y colectivos, constatando el estallido de la escala humana en la cuenta y examen de lo existente, Inclusiones ofrece una amplia y variada cartografía teórica y un recorrido analítico por el trabajo de artistas como Mark Leckey, Pierre Huyghe, Philippe Parreno, Tomás Saraceno, Carsten Höller, Marina Abramović y Laure Prouvost, entre otros, sensibles al lugar del arte como traductor o articulador privilegiado que va del “yo” al “eso habla”. Un arte así, advierte Bourriaud, tras haber integrado el “nosotros” en la estética relacional que él mismo diagnosticó y teorizó para los años noventa, es capaz de emitir señales proteicas que apuntan a descomponer temporalidades y visibilidades, y a intervenir las cadenas de lo viviente en una semiosfera que entrecruza trazas animales, vegetales, minerales o robóticas, reconfigurando las distancias y relaciones entre lo humano y sus “otros” en espacios inéditos de coactividad y coexposición.

De la antropología estructural al exceso batailleano, de los cuasi objetos de Bruno Latour a una sujetualidad que contempla el estatuto de la persona en entes no humanos, de una discusión del vínculo entre arte, magia y chamanismo a una revisión de las estrategias del conceptualismo y el minimalismo durante el capitalismo industrial de la segunda mitad del siglo pasado, y reivindicando en el camino el antihumanismo teórico de Althusser junto al descentramiento del sujeto operado por el psicoanálisis, Inclusiones construye un vocabulario que abunda en metáforas energéticas que pretenden reinscribir las apuestas del arte de este siglo en territorios multiespecie, hospitalarios a redistribuciones sensibles que abran una dimensión de futuridad, alimentando el contacto con estratos y experiencias pasadas. En este camino, a eso aspira el programa del crítico, el artista será sismógrafo y el arte será la “antropología salvaje de nuestro tiempo”.

Nicolás Bourriaud, Inclusiones, Estética del Capitaloceno, traducción de Eduardo Berti, Adriana Hidalgo, 2020, 234 págs.

Imagen: vista de The Universal Addressability of Dumb Things, muestra itinerante curada por Mark Leckey, Hayward Gallery, 2013.