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La literatura de Néstor Perlongher seguirá siendo una literatura al límite del idioma, del género, de la política, de las disciplinas sociales criteriosamente consensuadas, al límite de las vidas, futuras y pasadas. A cada paso que demos para construir un retrato, Perlongher nos responderá con el “chiste de la identidad”, una posición de intelectual batallante, que no deja de desplazarse desde sus fundamentos discursivos al callejeo, del sexo al simulacro. Como si de lo que se tratara, en verdad, fuera de una desobediencia interminable, que marca como principio, casi axiomático, que la cancha siempre es la que escribimos para des-marcarnos como sujetos en los campos de poder, de la historia, de la sexualidad, de la nación, haciendo de esos pasajes una vida. Esa compleja potencia de heterogeneidades en tensión (militante-poeta, antropólogo-ensayista, troskista-iniciado en el Santo Daime) es transmitida de manera brillante por Javier Gasparri en su libro Néstor Perlongher. Por una política sexual. Acaso por eso Gasparri también recorre heterogeneidades: las cartas de Néstor a Sarita Torres, los poemas de Austria-Hungría y Alambres, los ensayos O negocio do michê y El fantasma del SIDA, la polémica con la revista Sitio.
Si bien la disputa con los disciplinamientos identitarios fue una preocupación teorizada por el propio Perlongher, Gasparri lee más allá de sus autofiguraciones intelectuales. O, mejor dicho, no más allá, sino a través de ellas, lee esa fuerza constelar en sus propios movimientos asociativos. Por ejemplo, ¿qué se oye en la polémica sobre Malvinas entre Perlongher, Jorge Jinkis y Ramón Alcalde? Si, por un lado, Perlongher entiende mal y, por otro, los editores de Sitio rearman una respuesta moral a su diatriba, es el malentendido, dice Gasparri, el que muestra “dos idiomas” y una teoría de la lectura cuyos núcleos eran la traición, la ironía y la ilusión, núcleos que irán a reinventar los lugares de enunciación iniciales.
Tomar la palabra ajena y reinventarla en la polémica: otro nudo en este libro podría ser el de la guerra y la batalla. La Guerra de Malvinas, la guerra en Austria-Hungría y en Alambres, la batalla intelectual y la polémica sexual. El escritor, que abandona la posición sacrificial y heroica para formular un lugar de enunciación “hermético” y de trinchera, va a revisar marxismo y psicoanálisis para saber sobre las economías sexuales de la política y la poesía. El descubrimiento de la articulación entre el goce de la poesía y el goce (represivo) de la historia política configurará una voz “inaudita”, dice Gasparri, acontecimental, fundante. También el nudo de la guerra permitirá pensar el tiempo: qué dicen los significantes bélicos que Perlongher observa en su presente acerca de las políticas, las poéticas y las sexualidades de la Nación. Callar contra todo silencio o ver contra toda evidencia la historia argentina desde 1980 hacia 1880.
Escribir en el presente de su intervención, resulta, a la vez, otro de los valiosísimos rasgos de Gasparri. Con una prosa llevadera y equipado de una excelente bibliografía, necesaria y precisa para cualquier estudio específico sobre el autor y la posdictadura argentina, el libro lee los efectos y los aportes político-sexuales de Perlongher hoy, una coyuntura muy distinta de la de los ochenta, aunque en cierta medida inaugurada por su obra.
Javier Gasparri, Néstor Perlongher. Por una política sexual, FHUMYAR Ediciones, 2018, 153 págs.
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