Otra Parte es un buscador de sorpresas de la cultura
más fiable que Google, Instagram, Youtube, Twitter o Spotify.
Lleva veinte años haciendo crítica, no quiere venderte nada y es gratis.
Apoyanos.
El teórico inglés Mark Fisher realizó una distinción conceptual entre lo raro y lo inquietante: lo raro (the weird) está caracterizado por la presencia de algo que no debería existir o estar ahí, pero sin embargo existe y está; lo inquietante (the eerie) se encuentra en espacios ausentes de rastros humanos. El más allá, el disco más reciente del músico de ambient y noise Pablo Reche (Quilmes, 1970), entra en esta segunda categoría. Sus canciones están basadas en grabaciones de campo pero no hay en ellas una sensación de espacialidad o de estar en un lugar habitable. Reche procesa y manipula su material para crear un sonido que se siente presurizado, como cerrado al vacío. Trae al frente frecuencias al borde del silencio, como zumbidos que siempre estuvieron en el fondo y en algún momento decidimos ignorar. Según Reche, el título del disco tiene que ver con que “hay que ir más allá de lo que se oye primeramente”, pero también puede aludir a “un más allá de la vida”, un espacio post mortem como el bardo de los textos budistas.
Reche es un músico asociado al ruidismo (o simplemente, noise), pero siempre evitó relacionarse con el ámbito académico y los referentes de la música concreta. No tuvo una formación clásica, creció escuchando rock en los ochenta, y en los noventa frecuentaba los shows de Reynols y Estupendo. Sus veinte años de carrera y su extensa discografía incluyen colaboraciones con otros artistas sonoros experimentales como Alan Courtis y también con músicos más cercanos a la electrónica bailable como Ismael Pinkler. Esa sensibilidad pop se refleja en la manera en que Reche diseña sus piezas como si fueran canciones, incluso cuando su búsqueda lo lleva a experimentos desafiantes para la escucha como en su primer álbum, Gira (Fuga Records, 2000). En El más allá, los momentos más musicales son los dos tracks finales del disco, “Cloh” y “Medn”. Los zumbidos son reemplazados por una textura más parecida al suave hiss de un vinilo, y se escuchan notas lejanas de sintetizadores que aparecen y desaparecen con lentitud, como emociones distantes.
El más allá fue publicado a través del sello indie Fuego Amigo Discos y con un acompañamiento visual creado por el realizador visual y músico Manuel Embalse (Buenos Aires, 1991). En la descripción del video, Embalse cuenta que el material de Reche lo hizo pensar en “el sonido del polvo que levantan los escombros” y “la memoria sonora de un baldío”, y que eso lo llevó a sincronizar la música con la filmación de una casa derrumbándose. El registro de Embalse empalma a la perfección con El más allá y consigue resaltar la cualidad inquietante de sus canciones. Al comienzo vemos un collage de sitios de construcción, obras abandonadas, estructuras que se derrumban y rearman solas sin la ayuda de personas. Durante el segundo track del disco, “Narz”, una grúa arrasa contra formaciones de cemento y fierros, y la cámara de Embalse sigue los movimientos naturales de la máquina, como si fuese un brazo humano. En los momentos del video en que aparecen personas, que son los operadores de la maquinaria y obreros con mazas, la cámara de Embalse se sitúa como la mirada de un voyeur curioso, fascinado por sus acciones y la violencia del derrumbe. El sonido drone de Reche musicaliza estas situaciones sin demandar atención, como si viniera desde otro plano. Pero no es música de ambiente, tal como la definía Brian Eno, porque desde ya no ocupa un espacio físico: lo de Reche es más bien un no-ambiente. El más allá propone una experiencia hipnótica que estimula nuestros niveles más sutiles de percepción.
Pablo Reche, El más allá, Fuego Amigo Discos, 2020.
Internet se ha vuelto un canal para que algunos conceptos del pasado reciente regresen en forma de revivals. Claro que las modas cíclicas existían mucho antes de...
Milton Nascimento tiene ochenta y un años y cree en la existencia de la vida en otros planetas. Es más: dijo haber tenido encuentros cercanos de tercer...
La Compañía Oblicua, fundada y dirigida por el compositor Marcelo Delgado, conmemoró sus primeros veinte años de existencia en el Centro Cultural Recoleta. El ensamble que integran...
Send this to friend