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Leyland Kirby (Manchester, 1974) empezó a hacer música como The Caretaker, uno de sus tantos proyectos, durante la segunda mitad de los noventa. El nombre lo tomó del protagonista de El resplandor y su principal inspiración salió de la escena del salón de baile en el Overlook Hotel. Kirby estaba obsesionado con la idea de esos salones abandonados de los veinte y los treinta, y con la manera en que su música volvía al presente bajo la forma de una nostalgia imprecisa. Empezó a rescatar esos discos gramofónicos de las disquerías olvidadas de su natal Stockport y a samplear sus melodías de piano y banda en loops. Selected Memories From the Haunted Ballroom (1999) es el primer disco de este experimento, la carta de presentación para esa nostalgia por la música dulce y espectral de ningún lugar ni tiempo. The Caretaker no tardó en volverse el favorito del DJ radial John Peel y del teórico Mark Fisher, quien encontró en el proyecto de Kirby un ejemplo de cómo la hauntología se filtró en la música popular y experimental del cambio de siglo. Entre la melancolía del ruido de vinilo viejo y los ecos de baladas olvidadas, Fisher escuchaba a los fantasmas de las promesas del pasado, persistentes en la depresión colectiva del realismo capitalista.
En 2005, con la salida de su box set Theoretically Pure Anterograde Amnesia, The Caretaker comienza a trabajar en el uso de sus loops como una metáfora del funcionamiento de la memoria humana. Esto continúa en 2011 con la salida del aclamado An Empty Bliss Beyond This World, un estudio de cómo los pacientes con Alzheimer pueden llegar a recordar qué música escuchaban en su juventud y los sentimientos o lugares apegados a esas memorias. En 2016 Kirby anuncia la muerte inminente de The Caretaker con una serie de trabajos que darían cierre a su proyecto. Everywhere at the End of Time es una obra compuesta por seis discos (con fecha de salida entre septiembre de 2016 y marzo de 2019) que retratan los seis estadios de la demencia. Para indagar en la progresiva degradación de la mente, el sonido de The Caretaker debería finalmente convertirse en metáfora pura de los síntomas de la enfermedad. Disco por disco, los sucesivos estadios representarían la mezcla y desintegración de los recuerdos, volviéndose un trabajo cada vez más oscuro e inescuchable.
Los primeros dos estadios no difieren mucho de las consecuencias del envejecimiento normal: dificultad para recordar situaciones, encontrar las palabras o concentrarse en cosas. En este sentido, Stage 1 y Stage 2 son presentaciones clásicas del sonido de The Caretaker, más dispersas y atmosféricas a medida que avanzan. Pero Stage 3 ya se anima a experimentar de manera más libre. Los últimos minutos de Stage 3 sueltan el loop y se vuelven una pieza de ambient oscuro, anticipando un futuro poco prometedor. Stage 4 es el disco más reciente de la serie, un punto de inflexión en Everywhere at the End of Time. Coincidente con su diagnóstico clínico, la etapa 4 es cuando aparecen las deficiencias más severas en la memoria y el sistema cognitivo, el principio del tramo final de la enfermedad. En Stage 4 la enfermedad es evidente y no hay vuelta atrás.
El disco está compuesto por tres piezas tituladas “Stage 4 Post Awareness Confusions” y un intervalo antes del final, “Stage 4 Temporary Bliss State”. Las tres confusiones son una caída al vacío, un collage caótico sin ningún tipo de linealidad. Ningún momento es igual al anterior ni existen puntos de referencia, las tres piezas son ejercicios de veinte minutos de alerta constante. De repente aparecen texturas, se van, suena una melodía desafinada a lo lejos y las piezas terminan de forma tan abrupta como comenzaron.
La demencia es uno de los terrores más fuertes de la sociedad occidental: simboliza la pérdida de la identidad, la personalidad y la memoria. “Stage 4 Temporary Bliss State”, la pieza que interrumpe las confusiones, es un respiro del caos. Sigue siendo un collage no lineal, pero no provoca el mismo estado de terror que las otras piezas y tampoco suena parecido a nada que haya hecho The Caretaker antes. Hay un sentimiento de paz y de admiración, esa felicidad inocente a la que alude su título.
La discografía de The Caretaker parece estar producida sobre la base de un material limitado, como si Kirby trabajara con una cantidad de vinilos a los que siempre vuelve para “reinterpretarlos” en distintas canciones y discos. Pero por la manera en que estos samples aparecen en Stage 4, es como si Kirby se estuviera despidiendo de su material, borrando, recortando y mezclando todos sus ingredientes hasta volverlos irreconocibles. El vacío se acerca y todavía quedan dos discos más.
The Caretaker, Everywhere at the End of Time, History Always Favours the Winners, 2018.
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