Otra Parte es un buscador de sorpresas de la cultura
más fiable que Google, Instagram, Youtube, Twitter o Spotify.
Lleva veinte años haciendo crítica, no quiere venderte nada y es gratis.
Apoyanos.
La novela se inicia con el arribo de su protagonista y narrador, enjaulado como una atracción de feria a causa de su pelaje, oriundo de Inglaterra y no de la China, al puerto de Buenos Aires, durante el gobierno de Juan Manuel de Rosas. A partir de ese momento, el “niño barbado”, dueño de un poder mimético que lo ayudará a adaptarse al nuevo mundo, pasará del ambiente de los mataderos a los círculos más exclusivos de la élite porteña, pasando por la alcoba de Rafael de Oresteaga, su “Señor”, el verdadero destinatario de la narración, que bautizará al barbado como Henrique de Lancaster. La larga historia de amor entre estos dos hombres, cuyas dificultades no superan las de todo amor socialmente inaceptable, se encuentra atravesada por un evidente deseo de contar los hechos políticos de la época. Así pues, la ambiciosa Historia del auténtico niño barbado de la China recorre, de Rosas a Sarmiento, pasando por Urquiza y Mitre, unos sesenta años de historia argentina narrados por un joven enamorado que no envejece y, aunque inseguro de su inmortalidad, se sabe “eterno”. El relato convierte en personajes a un inevitable elenco histórico (y a otras figuras menos previsibles, como Mariquita Sánchez de Thompson y “Dominguito” Sarmiento) en rigurosa sucesión, bajo una mirada aquiescente, que apenas se distancia en la ironía, sin poner en cuestión el estatuto que la historiografía oficial ha otorgado a esas personalidades. Llama incluso la atención el beneplácito con que el protagonista acepta todos los prejuicios y lugares comunes de la élite local: sobre el país, sobre gauchos e indios, sobre Europa; una trama discursiva cuyo nodo simbólico es la antinomia civilización-barbarie. La federación, la batalla de Caseros, la Guerra del Paraguay, la presidencia de Sarmiento, la epidemia de fiebre amarilla se suceden, a lo largo de casi cuatrocientas páginas, sazonados con elementos levemente surrealistas que sorprenden gratamente, aunque no producen grandes temblores en el firme suelo del camino de la patria ni, hay que decirlo, en la propia vida del protagonista.
El lenguaje de la novela, que muta desde el español del siglo XVII, pasa por la entonación gauchesca y se asienta finalmente en una clásica prosa decimonónica, está vinculado a tres momentos narrativos definidos: el arribo y desembarco, la vida en el matadero y la vida social porteña. La gracia de esa prosa epistolar destinada al amante que envejece y camina hacia su fin —mientras la invariable lozanía del narrador duplica la amargura de ese proceso—, su fluidez narrativa que alcanza momentos de rara belleza, permiten continuar la lectura haciendo a un lado incongruencias y monotonías, y es finalmente lo que sostiene a Historia del auténtico niño barbado de la China y la vuelve una novela disfrutable.
Daniel Tevini, Historia del auténtico niño barbado de la China, Blatt & Ríos, 2025, 392 págs.
A comienzos de 2000, en la literatura argentina se hacían cada vez más visibles narrativas que extendían los límites de lo aceptado como literario y ponían en...
A modo de prólogo a su nuevo libro, cuenta Martín Rejtman que en un estuche de American Airlines guarda biromes de algunos de los muchos hoteles en...
Dice de sí mismo Joaquín Giannuzzi, y más de una vez, que es un poeta del montón, un poeta estándar. Preguntado acerca de su modo de definir...
Send this to friend