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Se publican dos correos de lectorxs porque la revista tuvo el tino de poner coto, pero en realidad llegaron, a dos semanas de publicada la reseña, cuatro correos en las mismas veinticuatro horas diciendo lo mismo y con una carga de agresión muy elevada, más incluso a mi persona que al texto (con agravios que convierten términos de alta relevancia histórico-política en comodines para el hating virtual). Podrían haberme escrito de maneras muy, pero muy diferentes. La agresión personal no hace pensar ni revisarse a nadie; su única función posible es causar dolor, miedo, censura.
Hay por supuesto un histórico ninguneo a las mujeres y disidencias, en el que debo haber incurrido distintas veces en mi vida de una u otra manera. Pero no esta, no es el caso. Lamento, por supuesto, y puedo entender, que haya quienes lo sintieron así. Pero sostener —con semejante saña— que le robo ideas a Bardet es algo tan lejano a la realidad como lleno de mala fe, o como mínimo, una equivocación grave producto de cebarse en patota (val flores, a vos te pareció “evidente” algo que no es así). Yo vi la publicidad del libro en Facebook, me interesó, lo compré, leí a Haudricort alucinado por sus planteos y quise escribir sobre ellos, con tres objetivos: a) inscribir más hondo en mí lo que me hacía pensar; b) difundir algo que me parece valioso y útil, en un medio como Otra Parte, que es movido por el puro deseo de sus participantes; c) ayudar con un granito de arena a una editorial independiente argentina. Leí desde el deseo, y asimismo escribí, en un espacio donde las reseñas deben ser cortas. Jamás se me pasó por la cabeza que, al reseñar un libro, pudiera alguien sentir que ninguneo a la persona que dirige la colección. Me sería posible expresar un lamento de manera más sentida y simple si me hubieran interpelado sin agredirme.
Leí a Haudricort enamorado y entendí que Marie Bardet (doctora en Filosofía por París 8, directora de la colección donde se enmarca este libro, investigadora en Conicet) acompaña cada texto que edita en la colección con uno suyo posterior y más breve, donde comenta el texto principal; me parecía que ofrecía generosamente autores “raros” a lxs lectorxs argentinxs. La propia editorial Cactus había publicado en su Facebook un fragmento del texto de Bardet presentándolo como “el epílogo de Marie Bardet a nuestra última novedad de la Pequeña Biblioteca Sensible, EL CULTIVO DE LOS GESTOS, de André Haudricort…”. También publicó el texto de Bardet presentado como epílogo del libro de Haudricort el blog de Eterna Cadencia, hace mucho, pero esa potente entidad de la cultura libresca argentina no recibió la reacción que recibí yo. Más: en la página de Cactus de este libro, hay un “Acerca del autor” donde se habla solo de Haudricort. Y cuando se publicó la reseña, la editorial Cactus la publicó en Instagram, diciendo: “Gracias a @agustin_j_valle por su lectura amiga del pequeño sensible EL CULTIVO DE LOS GESTOS, de André Haudricourt”. ¿Por qué entonces ahora esta reacción donde cuatro personas me atacan —simultáneamente y aduciendo lo mismo— en nombre de otra?
Reivindico, en general, el derecho a una experiencia de lectura y difusión cultural no obediente a los mandatos institucionalizantes, periodísticos, academicistas o epocales; cabría pensar sobre este asunto seriamente, armando una interlocución más interesante y habitable. Por lo demás, huelga decir que el goce por prejuzgar y agredir entre varixs, la pulsión policíaca, puede presentarse con cualquier discurso o ideología (de hecho es inevitable que en todo movimiento multitudinal de la historia haya algunas derivas así), y que ese modo de la violencia, del que nada fértil puede surgir, se ve muy propiciado por el facilismo de la vida virtual, y su racionalidad mediática desesperada por llamar la atención (como panelista televisivx: cuanto más agresivamente, mejor; y acá pienso sobre todo en Silvio Lang). Me parece lamentable; pero también lamento, como decía, que haya habido gente que se sintió mal por mi reseña, y puedo entenderlo en el marco de la injusticia histórica y sus abiertas heridas. Mi intención estaba hecha sólo de entusiasmo; compré el libro, escribí para difundir un material que me encantó, movido sólo amorosamente.
Agustín Jerónimo Valle, 13/3/2021.
En pragmática, el tema es lo conocido, aquello que será objeto de comentario. En la oración, está ubicado a la izquierda, a punto tal que, de tanto...
Estuve leyendo tu reseña del libro de César Aira. ¿Podrías dar un ejemplo de literatura de tema y literatura de idea? Gracias.
Orlando Speranza, 1...
La reseña de Agustín J. Valle sobre El cultivo de los gestos, de André Haudricourt, es un claro y penoso ejemplo de una política...
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