Otra Parte es un buscador de sorpresas de la cultura
más fiable que Google, Instagram, Youtube, Twitter o Spotify.
Lleva veinte años haciendo crítica, no quiere venderte nada y es gratis.
Apoyanos.
El pensamiento político europeo, en su vertiente crítica del capitalismo, tiene dos corrientes. Por un lado, aquella apoyada en la lectura de los trabajos de Deleuze y Guattari, sostenida en muchos casos en otros pensadores franceses (sobre todo, Foucault) que, sin necesariamente abrazar la biopolítica (paradigma más cercano a la ontología y la filología que a la filosofía política), lee el sistema capitalista como algo totalmente rancio y agotado: sólo vale dejarlo morir en la suya y abandonar las ciudades para no dejarse arrastrar por el peso del cadáver. Las conexiones “tanas” de esta línea no deben sorprendernos: vía Guattari, la novedad posestructuralista francesa llega a Italia hacia finales de la década del setenta. La otra línea tiene un costado mucho más institucional, académico, y aparece con la salida a mediados de los ochenta de Hegemonía y estrategia socialista, de Ernesto Laclau y Chantal Mouffe. Aquí, en lugar de ser antilacanianos, como la corriente opuesta, hay un planteo de regreso a Lacan vía Derrida y Gramsci. No hay que abandonar las ciudades, menos las instituciones que la vida en la ciudad implican: muy por el contrario, hay que transformarlas por dentro. No cuesta nada darse cuenta de que Bifo pertenece más a la primera corriente que a la segunda: aparentemente más radical, pero en los papeles demasiado utópica como para ser tomada totalmente en serio. El umbral es un texto que vuelve a confirmar esta impresión, sólo que con un nuevo contexto, que refuerza el diagnóstico pero yerra en la posible cura: el capitalismo está en un estado de crisis evidente, la diferencia entre las vidas que importan y las que no, parafraseando a Butler, son ahora cínicamente expuestas en lugar de matizadas, como parte de ese fascismo globalizado que ha llegado al poder con Trump y Bolsonaro. Y por más buena voluntad que la población parezca tener, una vez terminado el tiempo del covid-19, todo volverá a la “normalidad”, con un capitalismo superyoico que sigue pidiendo todo de nosotros y la naturaleza: este sistema no se termina sino con el mundo (y con nosotros, por extensión). Pero la pregunta que queda luego de leído el libro es: ¿la solución es irse lejos y esperar que todo llegue a su previsible fin? ¿Tenemos que pasarla lo mejor posible ahora porque ya estamos condenados?
El umbral es un libro atrapante, sobre todo en el sentido de que es resultado de las crónicas publicadas en la web por el propio Bifo, recogidas aquí con una intención de revisitar los primeros días de la pandemia para capturar esa primera impresión que, precisamente por primera, puede tener un contenido de verdad que la distancia permite entrever. Sin embargo, al momento de convertirse en algo propositivo, en las últimas páginas, con un espíritu desprendido de la crónica del día a día y más en formato de ensayo, el libro se convierte en un llamado a volver al arte y a la vida poética que poco tiene que ver con una solución de peso al conflicto y más con una nueva fuga. Y es que ese siempre ha sido el punto débil de estas lecturas posestructuralistas, deleuzianas, que a veces vuelven a escena: están cargadas de un optimismo escapista que es entre inocente y peligroso. Si algo podemos decir desde el costado sudamericano del mundo es que el mundo, por más podrido que esté, en lugar de ser abandonado, merece ser transformado.
Franco Berardi “Bifo”, El umbral. Crónicas y meditaciones, Tinta Limón, 2020, 208 págs.
¿Qué es una seguridad progresista? Esa es la pregunta que se hace la antropóloga y ex ministra de seguridad Sabina Frederic en su más reciente libro, y...
Manuel Quaranta pertenece a esa rara y afortunada especie de escritores que sólo se sienten escritores cuando escriben. Contrario al autor profesional (estirpe Vargas Llosa) que tiene...
Diez años pasaron desde la muerte de Tulio Halperin Donghi, el gran historiador argentino. La producción historiográfica de Halperin Donghi, discípulo de Fernand Braudel y de José...
Send this to friend