LITERATURA ARGENTINA

A favor es un sentimiento. El sentimiento es lo contrario al saber. Porque el saber es razón y abstracción. El sentimiento es propio del cuerpo, el saber es razón heredada sin tutía.

Ana Laura Rivara escribió hace unos años Canal zonal. Aun discutiendo con sus maestros, este libro incorporaba los temas clásicos de varios poetas de los noventa. Esa puja transicional no impedía que el poemario mirara un poco hacia el populismo abrillantado de Washington Cucurto, otro poco hacia la decadencia social expresionista de Alejandro Rubio y confluyera en cierta acritud por el estado de la poesía. El libro se hacía la pregunta sobre si valía la pena acostumbrarse a la oscuridad. De hecho, así terminaba.

Pasados varios años, la duda se convierte en afirmación. A favor es un libro sobre la izquierda. No un libro de izquierda, sino una discusión con la izquierda. A favor es un libro sobre la injusticia encarnada en gente junta sometida y la impunidad vuelta mercadeo, agua negra, consumo organizado. Hay una pregunta arbitraria que el libro irradia aunque no se la haga literalmente: ¿ser de izquierda es lo que creemos que es? No. Porque lo dado es de izquierda, la administración de la vida es de izquierda, las herramientas extendidas en una mesa son de izquierda; el agua de una pileta, esos hectolitros estancados, son de izquierda. Y estas son todas imágenes que el libro dispara. Pues entonces, ¿qué es lo contrario de la izquierda? La derecha no, porque izquierda y derecha parecen ser lo mismo en su fundamento humano: la estructura se impondrá siempre sobre la libertad del sujeto. Esas categorías no tienen contrario porque creen ser totales. Pero siempre existe lo distinto, lo alternativo, lo imaginado bajo otras condiciones. A eso llamamos estar a favor. No parecemos concebir otra noción de la palabra “favor”. Es donación, piedad, cariño, dicha y libertad. El libro también imagina una felicidad ampliada muy probablemente a lo básico. Leemos y no podemos más que estar a favor de tantos atajos fraternales escondidos entre la densidad espinosa de los versos, que no aparecen acogedores sino que incomodan. Está el libro, y nosotros también, a favor de: la manada que construye sus caminos, la salud que implica no trasnochar intoxicado, la práctica y la dinámica como estabilidad moral, el mazazo como purga de la ira, la fraternidad como “real cuerpo de señales”, la potencia del aburrirse un poco, la certeza de que más temprano que tarde siempre cambia el viento y, centralmente, la capacidad de la tradición de apuntalar nuestro estado de ánimo. A los que totalizan, siempre algo se les escapa, de esa esquirla nos agarramos. La tradición está llena de esquirlas. Fraternizamos con la tradición y este libro es una esquirla. Porque es liviano, pero si da contra un metal, un vidrio o una madera –todas imágenes planas y rígidas– hace ruido, deja su marca y suspende, en un rapto de vida, lo que suponíamos que era esta que vivimos.

 

Ana Laura Rivara, A favor, Vox, 2013, 40 págs.

2 Ene, 2014
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