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En la literatura argentina tal vez sean dos las novelas emblemáticas sobre tecnologías que permiten sobrevivir a la muerte: La invención de Morel (1940), de Adolfo Bioy Casares, y La ciudad ausente (1992), de Ricardo Piglia. Hay un eco de la Elena Bellamuerte de Macedonio Fernández —a quien Piglia resucita en la Máquina de su ficción—, en La Másbella de Sinfín, la nueva novela de Martín Caparrós (en la que alude, por cierto, directamente a Bioy). Pero ya no se trata de una persona o de un fantasma, sino de un discurso colectivo. Porque, como ocurre siempre en los libros de Caparrós, se trata de discutir en serio ideas, y las ideas más influyentes, las más determinantes, siempre se vuelven construcciones políticas a través de la tecnología más sofisticada que ha construido el ser humano: el lenguaje.
Sinfín es un artefacto de literatura de anticipación, escrito a modo de crónica del futuro, donde se especula sobre la invención de la vida eterna a través de la transferencia de las conciencias, es decir, del fin de la muerte tal y como la habíamos conocido desde siempre. Esa innovación supone la creación de un nuevo gran mito social, de una nueva fe: el paraíso virtual. La novela avanza en la reconstrucción de la cronología del siglo XXI mediante la alternancia entre investigación y entrevistas en diversos puntos del planeta, por un lado; y sátira, hipérbole y autoparodia, por el otro. El resultado es una obra que se puede leer como síntesis de los dos libros más importantes de Caparrós. Reescribe La Historia (1999), una novela también obsesionada con la manipulación lingüística y discursiva de la idea de tiempo (y, por extensión, de las de herencia y trascendencia); y lo hace en el contexto sociopolítico global de El hambre (de hecho, se mencionan las epidemias del hambre que ocurrirán en 2042).
Si La Historia incluye en sus mil páginas su propio aparato crítico y su propios episodios prescindibles, Sinfín —en cambio— utiliza la expansión que permite el e-book para incorporar en él cien notas cervantinas, ausentes en la versión en papel, que les dan una interesantísima vuelta de tuerca a la trama y sus múltiples estratos. De ese modo, el proyecto se vuelve una metáfora de sí mismo: un puente entre dos mundos, una transferencia parcial de la materia a la virtualidad.
Martín Caparrós, Sinfín, Literatura Random House, 2020, 448 págs.
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