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Un escenario vacío, negro, apenas una silla y dos pares de zapatos a un costado del proscenio. Algunos papeles sobre la silla nos confirman que asistiremos a una conferencia, hasta que hace su ingreso una mujer seductora, con vestido largo, de un rojo intenso, y melena oscura, enrulada y abultada: la propia Cristiana Morganti. Se trata, como el título lo indica, de una conferencia performática; o mejor dicho, de una hora y media de relato-danza de una experiencia artística y personal singular bajo la invocación de Pina Bausch.
El formato. En los últimos años hemos tenido la oportunidad de ver muchas y variadas conferencias performáticas. Conferencia sobre la nada (con puesta en escena de Bob Wilson, sobre texto de John Cage, en el Teatro San Martín, en 2012); los ciclos Mis documentos (con curaduría de Lola Arias, entre 2012 y 2017) y Dramaturgia para una conferencia (con curaduría de Matías Umpierrez, en 2018-2019) nos han puesto al corriente de temas igualmente múltiples que van desde reflexiones artísticas, políticas o filosóficas hasta historias y experiencias de vida, siempre con la construcción de un yo frágil y fugaz. La décimosegunda edición del Festival Internacional de Buenos Aires nos trajo un giro más de un formato versátil.
La figura invocada. Artista gigante, en medio de la danza y el teatro, Pina Bausch marca de forma profunda el modo en que ambas escenas piensan y coreografían un movimiento, un gesto, un instante dramático o una expresión cómica. Heredera de la danza expresionista alemana, su trabajo con la Tanztheater de Wuppertal llega a Buenos Aires en los años ochenta y (con)mueve la escena local a punto tal que un artista como Guillermo Kuitca viaja para entrar en contacto con la compañía. “Tuve ahí la impresión clara de que el arte no siempre se vincula a un gran centro, a una gran ciudad”, recuerda Kuitca. “La compañía, en definitiva, estaba formada por bailarines que habían renunciado a la danza y yo me sentía un pintor que renunciaba a la pintura”. Pina, entonces, una gran coreógrafa en una ciudad pequeña, habilita el viaje hacia otro lugar, otro lenguaje, otra escena.
El espectáculo. Moving with Pina es el testimonio de una de las bailarinas de la compañía de danza-teatro (Cristiana trabajó allí entre 1993 y 2014). Combina el relato pormenorizado de los procesos creativos y las anécdotas personales con breves demostraciones de secuencias emblemáticas y otras menos reconocibles de las obras escénicas de Bausch. Es el homenaje a una gran figura desde el punto de vista —y el cuerpo— de una especie de contrafigura. Desenvuelta, conversadora, pícara y vigorosa, Morganti se hace traducir por unos subtítulos con los que dialoga y que dirige a voluntad —al igual que lo hace con el público—. A la vez, busca traducir, poner en palabras —pero también en movimiento y emoción— su propia experiencia como bailarina. Como todo testimonio, se trata de una construcción frágil, un viaje a otro lugar y otro tiempo. Y sin embargo se nos representa con bastante claridad, a través de un espacio casi vacío, un vestido rojo y una conferencista-bailarina que hace del espectáculo la oportunidad de experimentar otro encuentro con Pina.
Moving with Pina. A Lecture Performance on the Poetry, Technique and Creativity of Pina Bausch, de Cristiana Morganti, XII Festival Internacional de Buenos Aires, Timbre 4, Buenos Aires, 26 y 27 de enero de 2019.
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