Dejar que las cosas sucedan juntas

Un salón frío y gris se transformó momentáneamente en un falso laboratorio donde se lleva a cabo una ficción, de esas que son verdaderas. En la Facultad de Artes de Tucumán se inauguró Dejar que las cosas sucedan juntas, una exposición curada por Ana Volonté, Analía Solomonoff y Bruno Juliano, con el diseño de Rodro Cañas, que busca dar a conocer la colección de la facultad a su comunidad a través de la socialización del trabajo de catalogación que está realizando el equipo de investigación junto con estudiantes, graduados y docentes.

Dejar que las cosas sucedan juntas es un híbrido difícil de clasificar. Concebida como una performance institucional, una acción curatorial extendida en el tiempo y un proyecto de investigación abierto a la comunidad, entraña una manera distinta de trabajar con el archivo y activar la memoria.

En el salón de usos múltiples de la facultad, el equipo de trabajo montó un laboratorio con repisas, estaciones de limpieza, registros de catalogación y una cabina para exposiciones individuales. Las obras de la colección salen de su lugar habitual en la guarda y se acomodan una a la par de la otra en las repisas sobre la pared, esperando su turno para atravesar el recorrido propuesto. Inspirada en la experiencia Museo tomado del Museo Rosa Galisteo de Santa Fe, que inauguró en 2018 y cierra en diciembre de este año, uno de sus objetivos principales es compartir y darle vida a la colección de la Facultad de Artes, y por ese motivo se vienen realizando diversas actividades, como visitas de otras instituciones educativas y de vecinxs del barrio. La exposición se enmarca en una serie de acciones propuestas con la colección desde el año 2015, como el proyecto expositivo Diálogos entre maestros; la muestra Colecciones, que vinculó las colecciones del Museo Provincial de Salta y del Museo de la Universidad Nacional de Tucumán; la creación del Museo Virtual de Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Tucumán (MUVIFA); y, finalmente, la realización desde 2022 del ciclo de muestras con obras de la colección.

Esta exposición abre un espacio de encuentro, brinda la posibilidad de entrar en contacto con el patrimonio y conocer el revés de los procesos, lo que en palabras de Boris Groys significa conocer la vida profana de las obras y las instituciones vinculada a la conservación, la limpieza y la restauración. También es un encuentro con el pasado y la memoria: en la colección de la facultad hay obras de los maestros fundadores, primeros docentes que vinieron a Tucumán cuando se formó la institución, entre quienes se encontraban Lino Enea Spilimbergo, Lorenzo Domínguez y Pompeyo Audivert; obras de muchos docentes que pasaron por la institución a lo largo de su historia; obras donadas por artistas que visitaron alguna vez la provincia, como Raúl Lozza o Raquel Forner; premios adquisición del Salón Carlos María Navarro que solía organizar la institución; y obras cuya procedencia o autoría se desconocen.

La potencia de Dejar que las cosas sucedan juntas está en su capacidad de hacer presente la memoria sin cristalizarla. El pasado se arma y desarma constantemente en el contacto con las obras, que traen consigo interrogantes, dudas y desafíos inesperados cada vez; y en ese proceso de búsqueda de información, se inventan posibles relatos, surgen hipótesis y conjeturas. Se llevan a cabo construcciones y reconstrucciones momentáneas donde entran en juego concepciones preexistentes sobre historia e identidad.

Dejar que las cosas sucedan juntas, curaduría de Ana Volonté, Analía Solomonoff y Bruno Juliano, Facultad de Artes, Universidad Nacional de Tucumán, San Miguel de Tucumán, mayo – noviembre de 2024.