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Hacia el final de “I’m Not There”, Bob Dylan canta “pero no estoy ahí, me fui”. Anuncia así que está en movimiento, que estuvo en un lugar, pero ahora está en otra parte.
El título de la muestra de Alberto Goldenstein, Usted está aquí, parece querer señalarnos dónde estamos: Usted está aquí. No hay lugar a dudas, o quizás sí. Luego de recorrer la muestra, uno se pregunta si esa afirmación no será un mensaje dirigido al propio Goldenstein. Algo parecido a lo que propone la última línea de la canción de Dylan, sólo que en su caso la frase parece resaltar un recorrido. Empecé allá, pasé por ahí y ahora estoy acá. De no haber hecho este camino, hoy no estaría acá. Ahora yo, como usted, estoy aquí.
Las obras ocupan toda la sala de la planta baja de la galería. Sobre una de las paredes está el primer grupo de imágenes. Fotografías de los años ochenta. En ellas podemos ver gente en la calle, probablemente yendo o volviendo de sus trabajos, vidrieras llenas de productos, luces de neón, colectivos y autos de época. Da la sensación de que el Goldenstein de esos años se fascina con las escenas que va encontrando a su paso. Son imágenes espontáneas guiadas por el encantamiento de un país en el que todo está cambiando. Él mismo es parte de eso que está registrando, de lo que está cambiando.
Usted está aquí nos propone desde el título un ejercicio espacial, pero también una relación temporal. Una suerte de viaje en el tiempo. Estamos aquí, pero en un aquí que no corresponde con un ahora. Lo temporal nos alcanza en un segundo plano, llega a destiempo. Primero aparece la mirada de Goldenstein, sus obsesiones e intereses, su manera de encuadrar. Después aparecen las cuestiones ligadas a lo espacio-temporal: ¿dónde es eso?, ¿cuándo fue?
Esta relación extraña con el tiempo se refuerza en el segundo bloque de piezas, donde nos encontramos con fotografías actuales tomadas con su teléfono celular. La mirada, la manera de encuadrar y las situaciones que llaman su atención son las mismas que las del grupo anterior. Pareciera que las obsesiones de Goldenstein se mantienen intactas y, sin embargo, en este grupo todo es diferente, al menos levemente diferente. En estas imágenes casi no hay gente, sólo un retrato de una persona muy joven. El resto de las fotos muestran detalles sin tiempo de algo que sucedió y que sin embargo no vimos. Los colores son saturados y las imágenes verticales dejan ver una cierta determinación tecnológica.
Estos dos grupos de obras, las de los años ochenta en una pared y las más actuales en la pared de enfrente, funcionan como un juego de espejos distorsionados. A primera vista todo se mezcla y emparenta, pero luego de unos instantes empiezan a aparecer las diferencias. Estar aquí y allí. Antes y después. Parecido pero diferente. Misma mirada e intereses, distintas maneras de hacer. Otros tiempos. Cambios tecnológicos.
Pero en el centro de las imágenes del primer grupo hay una toma nocturna de un cielo estrellado fuera de la ciudad. Ese registro es actual y se vincula directamente con la gigantografía de un paisaje árido que domina la pared del fondo, entre los dos grupos de imágenes. Ambas se relacionan con una pequeña imagen de un cielo cargado de nubes, esta vez a pleno día. Estas tres fotos, se diría, funcionan como portales que conectan los diferentes tiempos de la muestra. Hacia el final, a modo de epílogo, hay una foto de 1992 en Cachi, Salta, en la que un muchacho, sentado a una mesa, tiene la mirada perdida en el fuera de campo. Pareciera que es él el que efectivamente está aquí, no está en ningún otro lado, no está en tránsito. Él, como también Alberto Goldenstein, ha recorrido un largo camino.
Alberto Goldenstein, Usted está aquí, Galería Nora Fisch, Buenos Aires, 9 de julio – 5 de agosto de 2023.
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