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Barthes en cuestión es un pequeño libro atravesado por temporalidades, contextos y tonalidades de enunciación heterogéneas. Lo integran dos artículos de distinto tenor, pero a los que aúna su carácter —si se quiere modesto— de ensayo introductorio, función que cumplen y exceden, desplegando una lectura atenta que delimita con precisión, hasta sacudirlos, los textos abordados. “Barthes y los límites del estructuralismo”, artículo de Paul de Man publicado por primera vez en español en este libro, en impecable traducción de Leandro Bohnhoff, es un hallazgo que permite volver a sopesar los malentendidos y destiempos que signaron el desembarco del estructuralismo y el posestructuralismo francés en la academia norteamericana, entre fines de los sesenta y comienzos de la década siguiente. “Visión ciega. El Roland Barthes de Paul de Man”, ensayo de Judith Podlubne que abre el volumen, traza el mapa de la contienda entre estos dos pesos pesados de la teoría y la crítica del siglo XX, repone contextos y argumentos, atendiendo con sutileza a los matices del intercambio.
El artículo de De Man —como toda la French Theory— tiene su origen en el célebre coloquio “Los lenguajes críticos y las ciencias del hombre”, que reunió en 1966 en Baltimore a los popes de la intelectualidad francesa. Barthes llegaba a la ciudad de Edgar Allan Poe trayendo por credenciales sus Mitologías y una provocadora lectura de Racine que había merecido la airada reacción de la academia gala, a la que Barthes había respondido con elegancia en Crítica y verdad, manifiesto de la nouvelle critique. Tras su intervención en el coloquio, recibió los ataques del joven De Man, quien lo acusaba de inconsistencia: el crítico estructuralista creía desmontar los mitos ideológicos apenas disimulados en el lenguaje de la sociedad burguesa, pero lo hacía desde el lugar incuestionado de un nuevo cientificismo, lo que en definitiva configuraba “un mito progresista de la historia”. Barthes soportó los golpes, se defendió lo mejor que pudo. Pocos años después, en 1972, los editores de la New York Review of Books le encargaron a De Man una reseña extensa, en ocasión de la traducción al inglés de los Ensayos críticos y de una versión abreviada de las Mitologías (1957). De Man respondió al encargo, pero los editores rechazaron su envío por encontrarlo demasiado especializado. El artículo, que se publicaría recién en 1990, retomaba y ampliaba las objeciones a la semiología estructuralista, cuya fuerza desmitificadora entrañaría para De Man “tanto un poder como un peligro”. El poder radicaba en el modo incuestionable en que hacía estallar el mito de la correspondencia entre signo y referente. El peligro, en su exceso de confianza en las virtudes desmitificadoras del método, como si la opacidad y la duplicidad del sentido contaminaran sólo las manifestaciones más obviamente ideológicas de la comunicación (la publicidad, la propaganda política) y no afectaran de la misma manera irremediable los lenguajes de la ciencia y la crítica.
De Man es certero en sus razones, señala Podlubne, pero hay algo en el tono incriminatorio de su ataque, en “el ímpetu con que desleía las ambivalencias barthesianas”, que lo vuelve desafortunado. Quien no se cansó de proclamar la dimensión retórica e irónica del lenguaje se toma demasiado literalmente la aventura semiológica barthesiana, justo en el momento en que Barthes, en S/Z (publicado en 1970 y que De Man conocía al momento de escribir su artículo), socavaba desde adentro, a fuerza de vaivenes e ironías, el rígido programa estructuralista. Una historia de desencuentros franco-americanos que nos recuerda otra, más trivial pero no menos significativa, que recupera Benoît Peeters en su biografía de Jacques Derrida. Avital Ronell, adelantada de la deconstrucción en Estados Unidos y vegetariana consecuente, un día se entera de que su amigo Derrida ha comido un bife. ¿Cómo, no eras vegetariano?, lo increpa. A lo que él responde tranquilamente: “Soy un vegetariano que de vez en cuando come carne”.
Estas historias parecen decirnos algo sobre ciertas derivas del pensamiento radical contemporáneo, inflexiones a veces dogmáticas del pensamiento francés que llegan hasta nosotros desde la academia norteamericana. Este pequeño libro puede leerse también como una intervención en relación con esas derivas doctrinales de la teoría, un método para aproximarse a ellas y ponerlas en cuestión desde nuestro propio contexto.
Paul de Man y Judith Podlubne, Barthes en cuestión, Nube Negra y Bulk Editores, 2020, 78 págs.
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