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Se podría arrancar por el principio: ¿qué es un desplazamiento necesario? ¿Qué lo propicia? ¿Por qué es preciso denotarlo? Por caso, la misma Nora Catelli (Rosario, 1946), autora de este libro, en 1975 tuvo que necesariamente desplazarse a Barcelona para comenzar todo de cero. Habiendo sido profesora en la carrera de Letras de la Universidad Nacional de Rosario, emprendió en su nueva patria una larga trayectoria que la llevó de nuevo hasta el comienzo, la docencia. Esa suerte de ritornelo, en el que ejerció casi todos los oficios que atañen directa o indirectamente a las letras, parece haber habilitado en ella una forma crítica de mirar las cosas. Esa perspectiva que genera el corrimiento le permitió, por ejemplo, descubrir que a partir de una lectura paralela se manifestaba un eco del Orlando de Virginia Woolf en El Aleph de Borges o, en otro caso más radical, que había ciertos puntos de contacto e influencias de Hermann Broch en el “estilo de la vejez” de Juana Bignozzi. Catelli toma partido por el comparatismo y desde ese lugar, desde ese fuerte, entrelaza las razones de vida que bañan la escritura de los diarios de Norah Lange, Victoria Ocampo, María Rosa Oliver y Alejandra Pizarnik. El giro autobiográfico va más allá en sus pretensiones volviéndose un más acá, para analizar el legado de María Rosa Lida, otra comparatista. La idea general de Desplazamientos necesarios es hacer una lectura distanciada de las letras argentinas para darles un giro productivo, para escuchar de cerca aquello que acaso murmuran. Con razón señala Sarlo en su extenso prólogo que la figura que permea casi todo el volumen es la de Borges: el autor de Ficciones asoma como presencia ubicua, pero está en todas partes y a la vez en ninguna. Su función es similar a la del Aleph: conectar heteróclitamente las distintas corrientes estilísticas de la caprichosa lista de Catelli (todas las listas lo son), pero nunca pensando la literatura argentina frente a Borges, sino desde y con él.
Este entretenido e iluminador libro, en cierto punto menos denso en asuntos teóricos que En la era de la intimidad (2007), cierra con reseñas de libros que quizá no sean determinantes para tender puentes entre el pasado (Enrique Molina y Una sombra donde sueña Camila O’Gorman) y el presente (Edgardo Dobry y El lago de los botes), pero sí para entender en qué lugar centra sus oposiciones, sus alabanzas y sus descubrimientos una crítica que sabe muy bien leer desde una posición privilegiada, la de quien ha descubierto quién es.
Nora Catelli, Desplazamientos necesarios. Lecturas de literatura argentina, prólogo de Beatriz Sarlo, Eduner, 2020, 336 págs.
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