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¿Quiénes construyeron el Río de la Plata?

María Julia Gandini

TEORÍA Y ENSAYO

La historia es una disciplina atravesada por historias, lo sabemos, y resulta fascinante ver cómo la condición se despliega en este detallado trabajo sobre los orígenes de lo que hoy identificamos como Río de la Plata. Una región topográfica no es una realidad dada a priori, sino que se va construyendo, precisamente, a través de relatos: una serie de dispositivos simbólicos que crean sentido y dan forma al mundo. María Julia Gandini rastrea esta imbricación de historias, modos de narrar y circuitos de circulación para reconstruir las hipótesis de lectura que permitieron imaginar uno de los últimos espacios en ser incorporados al Imperio español, que se extiende desde el litoral platense hacia el sur de Brasil y parte de la llanura chaqueña.

La exploración de la región empezó en los albores del siglo XVI, cuando algunas expediciones comenzaron a bajar por la costa del actual Brasil hasta toparse con la desembocadura de “unas aguas muy anchas”. Como es sabido, los navegantes creyeron haber encontrado el ansiado paso al Pacífico, pero pronto notaron el error. Para colmo, los primeros exploradores fueron atacados y —se dice— comidos por los indios. En lugar de abandonar la zona, se empecinaron en seguir remontando los ríos, soportando hambre, violencia y las dificultades del terreno. La liturgia escolar nos inculca los nombres de Solís, Mendoza, Irala y Cabeza de Vaca; en este libro los encontramos a todos y nos enteramos de que llevaron vidas a cuál más alucinante: cada uno de ellos merecería tener su propia película de Werner Herzog.

Buscaban las famosas “sierras de plata”, escondidas tierra adentro, para las que iban encontrando “pruebas”, sobre todo, en los relatos de los nativos. En este nudo se concentra el trabajo historiográfico de Gandini: en cómo se combinaron intereses, estrategias, saberes y necesidades mutuas de nativos e invasores para construir el mito de una región llena de riquezas a la espera de ser descubiertas. La autora afirma que la zona albergó población europea de forma continua desde 1536; también que, al tratarse de “invasores débiles”, necesitaron desde el inicio la colaboración de y con los nativos. Hubo, en esas primeras décadas, una comunicación intensa, asociaciones guerreras —en ocasiones, los españoles salían a pelear batallas que les eran ajenas para apoyar a tribus aliadas—, mestizaje y alianzas de todo tipo. Fueron relaciones complejas y multifacéticas que permitieron una traducción cultural más ambigua y matizada que en otras zonas de la conquista.

Para sostener sus exploraciones, los conquistadores necesitaron producir relatos que “hicieran creer” en España lo que “estaban viendo” en el sur. Hay una enorme cantidad de textos que mezclan crónicas con juicios, demandas y declaraciones, conformando una verdadera “cosmografía judicial”. Nació así la concepción de este “lejano y extraño Nuevo Mundo” como una zona construida en torno a un fenómeno “tan falso como prolífico” y atravesada por el oxímoron: el mar dulce, el río sin orillas, los nativos peligrosos y colaborativos a la vez. En 1548, por fin, un grupo de exploradores exhaustos llegó al Perú; confirmada la inexistencia de las minas, la región perdió todo interés para la Corona y volvió a convertirse en una zona periférica. Aparecieron, entonces, otros tópicos del imaginario rioplatense, como el de la “miseria perpetua” y, a la vez, el de cierta autonomía debida al hecho de estar “donde termina el mundo”.

El geógrafo británico David Harvey sostiene que el espacio geográfico es un fenómeno que representamos —y en ese mismo movimiento construimos— a través de formas específicas de percepción y expresión. En esta investigación, Gandini reúne una serie de procedimientos que sentaron los fundamentos para que hoy habitemos nuestra región del modo en que lo hacemos, con sus tensiones y sus complejidades. La historia posterior fue complejizando aquella primera topología, pero los conceptos surgidos a mediados del siglo XVI siguen formando parte intrínseca de los mapas mentales contemporáneos.

Los relatos que vamos tramando sobre un espacio no son transparentes, pero tampoco se trata de puras tergiversaciones: lo que subraya la autora es que es en el proceso mismo de construir y compartir narrativas donde se construye, en definitiva, el territorio en que vivimos. Por eso, se vuelve urgente la pregunta sobre los relatos que estamos creando hoy: de la respuesta dependerá, en gran parte, el futuro que nos toque habitar.

 

María Julia Gandini, ¿Quiénes construyeron el Río de la Plata? Exploradores y conquistadores europeos en el lugar donde se acaba el mundo, Siglo XXI Editores, 2022, 264 págs. 

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