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Mejor que ficción: ese podría ser el lema de los cuatro últimos libros de Carrère. Si El adversario (2000) se puede leer como una reescritura, actualizada y condensada, de A sangre fría; si Una novela rusa (2007) es uno de los más prodigiosos ejemplos de la literatura exhibicionista contemporánea, en la órbita de Joan Didion o de Catherine Millet; si De vidas ajenas (2009) explora la catástrofe entrelazando varias de distinta magnitud; Limónov significa el regreso al origen, a la entrevista del “adversario”, a la biografía del otro radicalmente diferente, pero también la suma de las estrategias y los logros de las obras precedentes. Es decir: contar el amor y la muerte en primera persona mediante narrativas complejas, que tejen tanto tiempos y espacios diversos como los géneros del yo (crónica, biografía, ensayo, memorias) que mejor pueden dar cuenta de ellos.
Estamos ante una novela de no ficción que insiste en Rusia, ese gran interrogante de nuestra época al que Carrère está genéticamente ligado, y donde se muestran la violencia, la pasión, el sexo, la ambición, el arte, la resistencia, la política, el desastre y la pulsión autobiográfica encarnados en un único sujeto. En este relato de la vida, obra y milagros de Eduard Limónov, escritor ruso de origen pobre, emigrante en Nueva York y en París entre el glamour y la indigencia, guerrillero proserbio en los Balcanes, oponente y preso político de Putin, líder moral y contradictorio, el escritor francés recurre a la paráfrasis extensa, la entrevista exhaustiva y la experiencia personal para firmar un retrato en que se usa magistralmente la alternancia entre el estilo indirecto libre (la empatía) y diversas herramientas de la distancia (el rechazo). El resultado es un espejo negro: la mayoría de los libros de Limónov también son sobre sí mismo, pero su vida ha tenido una intensidad muy superior a la de Carrère. El autor no sólo lo admite, sino que enfocando la vida de los otros ha escrito su mejor libro y uno de los mejores que he leído en el ámbito de la no ficción.
Emmanuel Carrère, Limónov, traducción de Jaime Zulaika, Anagrama, 2013, 396 págs.
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