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La vergüenza es una fase en la transición de la señora lobo

Rom Freschi

LITERATURA ARGENTINA

La vergüenza es una fase en la transición de la señora lobo es el eco de un redondel, aunque una nueva faceta en las afecciones y grafías. La escritura de Romina Freschi, que deviene Rom por su historia vital, casi como un “indio del espíritu”, parte de una pregunta y de un desdoblarse. Se pregunta: “¿dónde está / el corazón? / es una ovejita triste / el cerebro / su piel de lobo, flaca / raquítica / hinca el diente en la nada / puro nervio / se acerca / a la vergüenza”. Se desdobla: “caliente su cuerpo / su escaso pelo / su ave / su piel”. Rompe el silencio ahuecado, elíptico y circular ante una transmutación. Una fase en la transición es como el vestigio de un presagio. Anuncio renovado de transmutaciones espirituales y de desvíos barruecos del cuerpo. Escritura que funciona por sintagmas pronominales, bajo la pregunta ¿quién de ustedes habla aquí? (“qué fuerza sos / entonces”) y corporalidades fuera de género, que indagan ¿cuántos insisten en tu atmósfera ahora? (“ser un ser / tan contiguo / inacabado”). Busca su voz desollando pasados entre fábulas y restos vitales, mientras retornan delicias de rarezas como en Marosa Di Giorgio y anatomías de emancipación como en Néstor Perlongher. En el desdoblarse, se pregunta tal como Federico García Lorca: “qué voy a hacer?, ¿ordenar los paisajes?”. Hay una sombra que yace. Con justeza, insiste la voz: “¿Eso es un cuerpo?” Digamos que sí, como Beckett, aunque sólo sea para continuar. ¿Resta algo por reparar? ¿Alcanza la “sola mente” para ello? ¿Aquella de Juana Inés de Asbaje Ramírez en El sueño? Detrás de la primera persona, ¿qué sentidos, subtextos o autonomías insisten en la grafía? Responde el rojo punzó de la vergüenza amiga, muy cercana de Thénon y Perlongher; también de las fábulas de Perrault y E.T.A. Hoffmann. Voz que avanza en un oír a medias, chisporroteante de fuerzas graciosas, como la The Good, The Bad & The Poet de Gaby Sambuccetti. ¿Vulnerabilidad para cuerpos como bolsas no reciclables? Sin dejar de recordar aquel fondo de la historia entre Echeverría y Darío que llega como olas furiosas al presente. Rubén Darío en 1913, “En los motivos del lobo”, escribe: “Hermanos a hermanos hacían la guerra, / perdían los débiles, ganaban los malos / Y así, me apalearon y me echaron fuera. / Y su risa fue como un agua hirviente, / y entre mis entrañas revivió la fiera”. “Nada más fuerte que la vulnerabilidad”. En plena luna llena y con nueva voz, la sombra se transforma en eco de una fase que trastoca todo lo que oye. Emprende la gesta entre piratas con moral acuosa, mientras cuanto escribe especula con la transformación vital. Llega al fin un cuerpo paradojal, seco y mercurizado, que oye a medias. El proceso duele y huele, en el “rojo punzó de la vergüenza”. La amiga nueva “saturnal”, es como un “eco ancestro” de la “infante eternal” que retorna. Como reverso de la pesadilla civil, “te oigo, amiga, ahí, en ese hoyo”. Avanza con nuevo apetito, de un cierto temor a la torpeza y el oprobio. Pertenece más bien al ansia irascible, que a la concupiscible: “climaterio / blanco / de la andropausia”. La nueva voz es capa de cuerpos propios, “se apoya / en otro / en nadie / multitud es”. La voz no olvida acontecimientos simultáneos de transformación y guerra. Constelaciones, donde la sintaxis es política del ritmo, y por los deícticos se filtran profusiones líquidas y aéreas, de un exceso que interfiere mensajes cifrados. Naufraga cual artífice de la construcción perpetua del mundo: “de a poco cada sentido / se apaga”, aunque late casi sin memoria. Roja de vergüenza, llamea y se apaga. Cunde el pudor como un miedo o temor que se abstiene. Jugosa y osa, entra en escena: “borracha la puerca”, sabe “del animal / untado”, también de la “tripa / sinrazón”, hasta que algo “rosa / goza” contra un fondo “déspota / ilustrado / mazorca”. Ya no importa el naufragio, ni verse mirada. En las acciones imaginadas, son convidados los demás a la fiesta redonda. Bajo la luna, presiente un futuro difícil, al que no se puede resistir. ¿Y visitar a la abuelita, “serpentina y picarona”? La gloria es una alegría escrita en “opaco lunar / es la fase”. ¿Dulzura y crueldad serán inseparables, cuando “en la hoya / desollen las hordas / lo sentido”?

 

Rom Freschi, La vergüenza es una fase en la transición de la señora lobo, Caleta Olivia, 2024, 80 págs.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Rom Freschi. La vergüenza es una fase en la transición de la señora lobo. Buenos Aires: Caleta Olivia, 2024, 74 pag.

 

Rom Freschi, La vergüenza es una fase en la transición de la señora lobo, Caleta Olivia, 2024, 80 págs.

20 Mar, 2025
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