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Incierto y sinuoso

Daniel Melero

MÚSICA

1. En la tapa dice: Incierto y sinuoso. Una autobiografía, de Daniel Melero con Mariano Vespa; pero en un golpe de vista, y por un segundo, el título cambia, se lee distinto, se lee (o al menos yo leo): incestuoso; es un desencaje que ejecuta el aparato perceptivo, sesgado por definición, aunque bajo el influjo del diseño y la disposición de las letras.

Nadie se espante, incestuoso psicoanálisis mediante significa ignorar que no todo es posible, que siempre debe quedar algo afuera, algo sin saber, algo sin decir; a la vez, incestuosa es la lengua familiar, la endogamia, las ganas de permanecer refugiado en la matriz. Por eso resulta imprescindible salir al mundo, tropezar con la diferencia, enfrentar al extranjero. En este sentido va la mención juvenil de Melero a Spinetta como “la encarnación de lo distinto”, a quien empieza “a copiarle hasta la forma de hablar”. En esa mímesis, paradójicamente, anida lo diferente, copiar la lengua extranjera para salvarnos de la lengua familiar para luego, quizás, inventar la lengua propia.

2. La autobiografía, por definición, se escribe en primera persona, la escribe el biografiado. Pero en Incierto y sinuoso, la sospecha surge con la incorporación de Vespa, sospecha que él mismo se encarga de esparcir: ¿de quién es la primera persona que narra? ¿Es él a partir de los dichos de Melero? ¿Cita Vespa a Melero? ¿Cómo controla Melero el flujo de la pluma de Vespa? Y luego emerge un escrúpulo sobre esta memoria: “¿Deberían ustedes, que leen esto, creer en la sucesión de todos estos acontecimientos personales? Problema suyo”. En efecto, el libro es problema de los lectores.

3. Una mañana según dicen—, Melero se despierta transformado en insecto (“Domina la curiosidad de ser otro”) y toma la decisión de su vida: dedicarse a algo que no sabe hacer “y con el interés de no aprender a hacerlo”. Nace un procedimiento. La metodología que aplicará sistemáticamente en una época que ya vislumbraba el inminente desastre pedagógico (la fantasía pedagógico-incestuosa de poder enseñarlo todo): “Mi búsqueda es intuitiva. Empírica”.

Entre palabras e imágenes, Melero narra en presente la historia de una existencia dedicada a agenciarse cómplices, no simples compañeros de ruta, personas con las que siente confianza como para entregarse a lo contingente. Es su manera de darle forma al deseo: con otros.

En Incierto y sinuoso encontrarán predicciones (“Ustedes van a ser la banda más grande de Latinoamérica”), anécdotas (“Nunca volví a estar involucrado en una grabación en la que sucedieran cosas tan bizarras y extremas”; “Salgo caminando del escenario y apenas llego al backstage, López me abraza. Me pongo a llorar”), extravíos (“Melero te arruinó el disco”), planes (“Los recursos se pueden extremar siempre”), estéticas (“Un artista puede construir una obra de arte increíble a partir de algo que podemos presumir que es una porquería”), apostillas (“Cuando vas creciendo intelectualmente tu vida cambia y con ello tus amistades, acostumbrarse a que los amigos de antes ya no te llamen para salir”), dramas (“Gustavo carga el cajón de mi padre porque yo no estoy en condiciones de hacerlo. Lloro sobre el pecho de Gustavo”), peleas (“¿no te das cuenta de que yo nunca te llamo?”, a Gustavo).

Entre los agradecimientos figura Rodrigo Ottaviano, mánager de Melero y director del documental Operación Travesti que puede verse como complemento incompleto de esta aventura ficticia que es la obra y la vida de Melero.

4. A Daniel lo invitaron a un streaming y la locutora dijo, fascinada, siempre se aprende con Daniel, y Daniel replicó, rápido de reflejos: “Es una vergüenza”. Esa réplica contiene el núcleo incandescente de la sagrada antipedagogía meleriana. La clave no consiste en aprender de Melero, sino en desaprender junto a él.

Estética de la imperfección, lo conflictivo, el error, la decepción, la fiesta y el fracaso, alguien así no puede menos que oponerse al arte como denuncia: “Canciones de protesta, que, desde el sonido, hablan del statu quo, una queja que no se mueve de su lugar”. El arte de Melero, en cambio, apostará por la ambigüedad: “El objetivo del artista es transportarte, correr un velo, ir hacia algo que no conoce y regresar con un mapa que no les va servir a los demás”.

Si le preguntamos a Melero de qué vive, responderá: “De mi vocación”. De esa música incontenible, de ese silencio absoluto.

Daniel Melero, Incierto y sinuoso. Una autobiografía, edición al cuidado de Mariano Vespa, Caja Negra, 2024, 208 págs.

17 Abr, 2025
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