La música por streaming es el nuevo sonido de la ciudad. Sale de los locales de ropa y de comida, de cafés, bares, oficinas. Fluye sin haber comenzado ni terminado, siempre acompañando el paso del tiempo, a lo largo de todo el día. Hay playlists funcionales para dormir, trabajar, viajar, entrenar, cocinar, concentrarse, relajarse, muchas de ellas con artistas inventados por las mismas plataformas. La música se experimenta como la “vibe” de un lugar, un “mood”, una “energía positiva”, un wallpaper emocional, una decoración de fondo.
Viviendo en esas ciudades, una nueva corriente de artistas de música ambient se está alejando de las bases enonianas del género. Sus producciones dejan atrás la idea de crear música “tan ignorable como interesante”, un concepto que sonaba radical en los setenta de Eno, años antes de que se convirtiera en una categoría funcional y monetizable. En su lugar, aparece en el sonido la promesa de un momento de calma, esta vez en forma de una pausa al streaming, un refugio hecho a base de fantasía e introspección. Música que protege un espacio en lugar de decorarlo.
Esa calma habita la música de Patricia Wolf. No importa la cantidad de elementos que aparezcan en sus canciones, la artista de Portland tiene un método para ordenarlos y alejarlos entre sí, con el fin de crear pequeños momentos de paz en los que todo parece estar en su lugar. En efecto, sus canciones parecen respirar. Se escucha en los sintetizadores y beats sintéticos que resuenan como si estuvieran atrapados en una habitación de reverberación; o en el aire de lejanía que contienen sus grabaciones de campo. Wolf emplea la escucha activa (y profunda) para componer, usando el sonido de los espacios mismos.
El primero de los dos discos que publicó este año, I’ll Look For You In Others, es un trabajo de minimalismo y síntesis electrónica, descrito por ella misma como una obra conceptual “marcada por la muerte de un ser querido”. Su siguiente disco, titulado See-Through y publicado tres meses después por el sello Balmat —conocido por editar otros recientes trabajos de electrónica dispersa—, representa “un renacer”, una obra que reemplaza el duelo por el juego y la contemplación por curiosidad. Inspirada en las técnicas de “automatismo psíquico puro” de Breton y los artistas surrealistas, Wolf dejó que la intuición guiara sus grabaciones para así “ver a través” de sus emociones personales y preconceptos sobre hacer música.
Antes de estos álbumes, había publicado una serie de grabaciones de campo realizadas en el desierto estadounidense y en las montañas. See-Through abre con grillos y cierra con pájaros, lenguajes ya universales del silencio y la tranquilidad. Entre ambos momentos, Wolf se acerca a sus sintetizadores y guitarras acústicas, como capturando momentos que escapan de su completo control, coincidencias más atribuibles al azar y la insistencia que a la voluntad. En un género muchas veces tildado de pasivo, el empleo que hace Wolf de la escucha activa se siente incluso como una decisión política, una a contracorriente de la tendencia a convertir el ambient en una playlist para descansar. See-Through es una invitación a dormir despierto.
Patricia Wolf, See-Through, Balmat, 2022.
“Piano negro, canciones grises y canciones rosas”. Con estas palabras, Pierre Saka define a la cantautora Barbara (Monique Serf) en su libro La grande anthologie de la...
El bandoneonista y compositor argentino Martín Sued se radicó en Portugal en 2019 siguiendo los pasos de la cantora Susana Travassos. Ajeno a las tiranías de la...
Gandini permanece. Han florecido los conciertos y recordatorios a diez años de la muerte de un compositor que ha dejado su marca en la música de tradición...
Send this to friend