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Timoteo Navarro (1909-1965) es un artista señero dentro de la historia de las artes visuales tucumanas. Fue premiado en múltiples salones provinciales y nacionales desde los inicios de su carrera, numerosos museos han adquirido su obra y a partir de 1985 el Museo Provincial de Bellas Artes de Tucumán lleva su nombre. Timoteo formó parte del grupo de los “paisajistas del 30” junto con José Nieto Palacios y Luis Alberto Lobo de la Vega, pero su paleta oscura, sus texturas empastadas y sus temáticas sociales dieron a sus óleos una identidad diferenciada que en su última etapa viró hacia la abstracción. El artista retrató los paisajes de las orillas del río Salí en denuncia de las condiciones adversas que atravesaban sus pobladores más humildes. La latencia de estos cuerpos en su obra se expresa a través del barro, los charcos y las precarias viviendas. Lo situado de su pintura hoy alcanza geografías más vastas.
La exposición Cuerpos desde el territorio en búsqueda del paisaje entabla diversos cruces entre una selección de dibujos, témperas y óleos de Navarro y obras de cuatro artistas de la escena tucumana actual: Blanca Machuca, Rosalba Mirabella, Agustín González Goytía y Jerónimo Salvatierra. Se definieron cuatro líneas de diálogo entre estas piezas y el legado del maestro: el dibujo de retratos, las arboledas del Parque 9 de Julio, los paisajes y los charcos.
El trazo simple, preciso y austero de los retratos en tinta de Navarro se enlaza con los de Blanca Machuca en su serie reciente titulada “Destrato a la memoria”. En ella, la artista parte de la oscuridad del soporte como lucha contra el olvido. Los personajes retratados pertenecen a comunidades originarias excluidas y silenciadas. Machuca los dibuja en lápiz blanco para recuperar su luz, visibilizar las violencias y hacerlos hablar a través de una línea que se abre en los márgenes. La transformación de devenires arbitrarios se enlaza con elementos de la naturaleza como la hormiga o la mariposa, al tiempo que la artista materializa uno de los anhelos de Timoteo: pintar con tierra.
Por su parte, “La respiración del lago” de Rosalba Mirabella dialoga con las témperas de Navarro alusivas al Parque 9 de Julio, que configuraban un espacio tanto laboral como doméstico para el artista. La obra de Mirabella es un dibujo en grafito y carbonilla que parte de un relevamiento fotográfico del lago San Miguel. En ella, la figuración detallada converge con la abstracción por medio de una cabeza monstruosa que emerge del espejo de agua. La artista remite sus búsquedas a un paisaje cotidiano en relación con su propio recorrido por la ciudad, poniendo el acento en lo patrimonial y su dislocamiento a través de elementos extraños en los que el ambiente se enrarece. Lo siniestro y lo latente se entrelazan en la veladura de una capa dispersa de vaho verde, al tiempo que las distorsiones y los trazos contrastantes ponen en tensión el orden de lo representado.
Desde la pintura, Agustín González Goytía se expresa por medio de un collage de atmósferas. Un paisaje desarmado y recompuesto. Telas sin imprimar, planos adheridos, espacios circulares recortados y vueltos a pegar. Cada parte es un organismo que va creciendo como si fuera un cuerpo. Manchas vegetales y flores parten de regar y salpicar, haciendo del acrílico alimento nutritivo. González Goytía convierte el soporte en entidad celular de una pintura expandida, en un híbrido en el que se acumulan y conviven, capa por capa, diversos tiempos de producción. La textura, como en Timoteo, es el hacer de la pintura. El artista, como el maestro, trabaja al aire libre, sobre el piso, la tierra y el viento, inmerso en su “Organismo paisaje”.
Por último, Jerónimo Salvatierra construye su interpelación a la obra de Navarro a través de su montaje fotográfico “Callejón con casas” que cita “Paisaje con flores”. Con su obra se alude a una de las primeras profesiones de Timoteo, cuando iluminaba las fotografías sacadas por su padre. Salvatierra ilumina sutilmente su pieza y en las paredes de sus estructuras flotantes aplica las texturas de los espatulados en óleo presentes en los paisajes de Navarro. La composición de Salvatierra implica un rescate patrimonial que se erige a partir de registros de construcciones centenarias de los Valles Calchaquíes. El salto de escala onírico en los dientes de león que desprenden al vuelo sus filamentos prepara el desenlace. Quizás se conecten con el mismo Timoteo, cuyo espíritu deseaba flotar en una tela.
Timoteo Navarro, Blanca Machuca, Rosalba Mirabella, Agustín González Goytía y Jerónimo Salvatierra, Cuerpos desde el territorio en búsqueda del paisaje, Biomba Galería, San Miguel de Tucumán, 24 de abril – 11 de junio de 2025.
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