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El prisma de Elba Bairon es un libro de la amistad y el amor en el arte, y de cómo las búsquedas se perciben compartidas. Elba y Emeterio, el arte visual y la literatura, el vestuario y la dramaturgia, pero también Garbatzky y Lemus hablando con Elba y Emeterio, el arte visual y la literatura… Intercambios, redes, acolutia (el cortejo de amigos que celebraba Roland Barthes), difuminan los lugares y los nombres para crear otra cosa o como dicen los compiladores del libro: para extender las búsquedas hasta el punto de no poder escindir a quién pertenecen, de quiénes son los materiales, las cartas, las ideas, las obras.
La figura del prisma del título, entonces, se nos presenta como un modo de nombrar las distintas aristas que forman parte del proceso artístico y amistoso entre la obra de Elba Bairon (1947), en las décadas del ochenta y noventa, y la dramaturgia y la literatura de Emeterio Cerro (1952). Aunque el prisma también es un modo de entrar al libro compilado por Irina Garbatzky y Francisco Lemus, editado a principios de este año por Iván Rosado. El libro está organizado a partir de seis zonas o caras. La primera es una breve presentación de la artista, titulada “Biografía de Elba Bairon”, seguida por El prisma de Elba, un estudio y una entrevista a Bairon a cargo de Garbatzky y Lemus. Si bien las imágenes de archivo aparecen a lo largo de las ochenta y dos páginas del libro, es en “Dibujos para obras teatrales” donde pueden observarse con nitidez los bocetos que hace Bairon en los ochenta para las obras teatrales de Emeterio; mientras que en “Dibujos para libros” se reconocen los diseños en las tapas e interior de los libros de Cerro; imágenes colmadas de colores, animales, ángeles y demonios, figuras voluptuosas que parecen salidas de un sueño o una pesadilla. Como un modo de cerrar el poliedro de la amistad, se presenta una selección de cartas —“De Emeterio para Elba”— que enfatiza el carácter afectivo con el que pensaban sus proyectos, seguida por “Fotos y afiches” de las obras teatrales.
En el estudio que da nombre al libro, Garbatzky y Lemus describen como un “frenesí” su encuentro con el archivo de Cerro en su casa de San Telmo, Buenos Aires. Ambos críticos, cuyos objetos de estudio se distancian y se acercan en una misma danza, subrayan el entusiasmo con que se sumergieron al momento de seguir los rastros del arte y de la amistad entre Elba y Emeterio. De hecho, el primer encuentro, en 1983, entre estos dos artistas se figura como un “flechazo de amor”. Frenesí, flechazo, amor: todos nombres del afecto. Este gesto también puede observarse en la entrevista concedida por Elba en septiembre de 2019; y, muy especialmente, en las cartas seleccionadas que Cerro envía desde París a finales de los ochenta y principios de los noventa, donde se referirá a su trabajo como un “matrimonio artístico”. Sucede que si existe un rasgo que caracteriza la obra de Emeterio, señalan Garbatzky y Lemus, es el trabajo colaborativo. Una marca que se desprende no sólo del hacer con otros sino también del gesto de incorporar en sus proyectos a artistas provenientes de diversas disciplinas. Claro que si pensamos en la naturaleza de las propuestas teatrales, la consideración no es llamativa, pero se convierte en sello cuando esta forma de trabajar se presenta también en sus libros de poesía y narrativa. Recordemos que Elba diseñó telones, escenografías y vestuarios para las puestas en escena de Emeterio, pero también ilustró las tapas y los interiores de sus libros. De modo que su trabajo visual se nos vuelve esencial para mirar en clave plástica la obra de Cerro: “Vemos mediante el prisma de Elba”, apuntan Garbatzky y Lemus, y su óptica extiende la escritura de Emeterio.
Como las tecnologías de la amistad que describe Roberto Jacoby, El prisma de Elba refracta los caminos que se tejen entre los artistas, sus obras y saberes. Las búsquedas se comparten y se sostienen dejándose atravesar por el afecto. La imagen del poliedro para pensar la amistad en movimiento, elegida por Garbatzky y Lemus al comienzo de su estudio, es definitivamente un modo feliz de leer los encuentros que componen el libro.
Irina Garbatzky y Francisco Lemus, El prisma de Elba Bairon. Dibujos para Emeterio Cerro, Iván Rosado, 2022, 82 págs.
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