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Marco Bechis vuelve al ruedo con una historia que insiste: la de su secuestro en una cárcel clandestina durante la dictadura. Ya había contado la tragedia argentina de esos años en el inolvidable film Garage Olimpo. La historia llega ahora en un libro de memorias y con una decisión acertadísima: contar en presente y en primera persona lo que percibe y sabe ese joven de veinte años, desde que tres hombres de civil lo arrancaron del grupo de amigos a la salida de un profesorado primario en 1977.
Como lectores, por tanto, no sabemos más que lo que sabe esa cabeza que bulle de preguntas: por qué estoy acá, quién me nombró, qué puedo decir y qué debo callar. Y avanzamos con él, vendado y desnudo, escuchando el sonido de la radio y el rebote de la pelotita de ping-pong sobre la mesa, las cadenas del prisionero que reparte comida, el zumbido de la picana ahogado por los gritos de gol.
Pero no soy cualquier lectora, no puedo leer este libro como algo ajeno. Yo era una más de ese grupo que estudiaba en el profesorado y caminaba todas las noches hasta la avenida que nos llevaba al colectivo. Así, arrastrada por los retrocesos del relato en el tiempo, me entero de la dolorosa muerte de su hermanito, cuando sintió que comenzaba a vivir una vida vicaria, como lo sentiría después, cuando logró sobrevivir mientras la mayoría sucumbía. Descubro detalles de su infancia y adolescencia entre Italia y la Argentina por el trabajo de su padre, un importante empresario extranjero. Le pongo letra a su acercamiento a la Tendencia Revolucionaria. Revisito el departamento de Retiro que compartía con Lolo, siempre lleno de gente en la que intuía una vida secreta que me inquietaba y que, ahora sé, su amigo había transformado en la base operativa de un grupo montonero. Había cosas de las que entonces no se hablaba. “¿Por qué no pregunté nada? ¿por qué me quedé?”, se cuestiona Marco cuando descubre una bomba entre sus ropas.
Me gusta la posición del narrador: no un militante convencido, sino uno anárquico y dudoso, que se niega a participar de acciones riesgosas para sí mismo o para otros, y que larga todo por la borda el día que le ofrecen una pistola y una pastilla de cianuro. Pero así y todo, cuando en plena represión ilegal viaja a Milán a visitar a su familia, acepta llevar unos rollos de fotos de la revista Evita Montonera, con la que no acuerda en nada, para entregar a la prensa. A la vuelta lo secuestran.
“Toda la comunidad italiana se está moviendo”, supimos enseguida. El padre conocía gente influyente. Respiramos cuando, meses después, el nombre de Marco apareció en la lista de los detenidos que podían salir del país. El libro da cuenta de las circunstancias de su liberación.
Pero La soledad del subversivo no es sólo el relato lúcido de un sobreviviente que no teme decir que sintió alivio cuando se produjo el golpe, o que calló el nombre de un antiguo compañero para protegerse a sí mismo. Recorre también los mojones en el camino del artista: el viaje para fotografiar las últimas luces de neón parisinas, la experimentación con una polaroid y una cámara de video, el trabajo con Fellini, su paso por la escuela de cine Albedo, la certeza de querer contar su experiencia al mundo. “¿Cómo hacer una película moderna estilísticamente sin caer en la denuncia o la reconstrucción histórica?”, se pregunta cuando empieza a concebir Garage Olimpo. Los detalles son imperdibles para los amantes del cine.
Escrito originalmente en italiano, el libro se cierra con el viaje de su autor a Buenos Aires para declarar en la causa del Atlético, la cárcel clandestina donde estuvo detenido. Algo parece por fin acomodarse.
Treinta y tres años antes lo habían secuestrado. Aquella noche no vi cuando se lo llevaron del profesorado: había salido diez minutos antes para ir al cine. Durante meses temí que el título del film, Atrapado sin salida, fuera un signo de su destino. Pero no. Marco Bechis salió y vivió para contarlo, para transformar su experiencia en filmes, instalaciones, libros.
Marco Bechis, La soledad del subversivo, traducción de Ana Miravalles, Adriana Hidalgo, 2023, 388 págs.
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