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Vox horrísona

Luis Hernández

LITERATURA IBEROAMERICANA

Entrar a una obra reunida es entrar a un núcleo sintáctico que se desgaja en distintas tonalidades. Ahí, donde parece haber algo así como un estilo, una forma, alguna que otra lealtad, está más bien el conflicto de las muchas voces que conforman una voz. En Vox horrísona esto se plasma de manera radical. Luis Hernández es un poeta con el que hay que bracear como quien nada al ritmo de alguna canción que obsesiona; al principio, sólo apta para melómanos, pero que, con el avance de las notas, se va volviendo universal y personalísima, feroz y cariñosa.

Aunque es imposible pensar en temas en una obra como esta, ningún lector de Hernández podrá evadir la centralidad que tiene en este libro el canto. Justamente, la voz; eso que canta en todo lo que nos rodea (una jerga incomputable): en los objetos, en el paisaje, en lo caótico que brama; en Luis, por supuesto, el mar, el mar de Lima, la costa, lo que habita en ella, sus criaturas nocturnas y lo que hierve en el pico de quienes beben en la oscuridad. También tienen protagonismo los astros que se mueven y giran, muchos reventados a miles de años luz; la fugacidad de cometas que rajan el cielo y alcanzan instantes de concentrada belleza. Así parecen funcionar algunos poemas de Hernández: tajos en el cielo que iluminan de un fogonazo y rápido se apagan en cicatrices difíciles de olvidar.

Otro elemento que construye la propuesta de Luisito Hernández, ex campeón de peso welter, es el culto de la inconclusión, casi, diría, como una ética. Parece haber una fe en el fragmento, en el apunte, en el pensamiento capturado al pasar en el medio de la vida que ocurre (“estar disponible”, dice Fabián Casas en el prólogo). Me lo imagino a Luis, a paso firme por la ciudad de Lima, con una libreta en el bolsillo de su saco, una libreta nutrida y perspicaz, gruesa de apuntes que conservan la limpieza cruda del primer golpe. Así como está lo inconcluso, está lo múltiple: un aquelarre de lenguas, entre lenguas, de autores (“Una forma / de escribir poesía / es vivir epigrafiando”), de géneros: novela poética, policial, ciencia ficción, poema novelado, canciones de amor, declaraciones de principios, epitafios, homenajes y un largo etcétera por demás descolocado y proliferante.

Termino (¿termino?) como empecé esta poesía reunida: riéndome. Luisito arma artefactos desfachatados, cargados de humor; juega con las palabras, invita a hacer una experiencia en el poema que habilite a entregar el corazón sin desgarrarse, sin sufrir; se le para de manos al dolor, no lo evita: hace con lo que tiene, porque, si ya sabe que dios existe y que no es él, ¿qué otra opción le queda que trabajar con lo disponible una forma para reírlo?

 

Luis Hernández, Vox horrísona. Poesía reunida, prólogo de Fabián Casas, Nebliplateada, 2022, 536 págs.

 

6 Oct, 2022
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