Otra Parte es un buscador de sorpresas de la cultura
más fiable que Google, Instagram, Youtube, Twitter o Spotify.
Lleva veinte años haciendo crítica, no quiere venderte nada y es gratis.
Apoyanos.
Bajo el lema de que las reglas hacen al juego, Oulipo lleva décadas disparando propuestas formateadas por normas que buscan, asiladas en cierta inflexibilidad pícara, devolverle a la literatura el impulso lúdico que en realidad nunca perdió. Hay de todo: novelas que repudian vocales, poemas con versos enrocados. Lo vital es que las consignas reboten en el interior del grupo de escritura potencial y que sus integrantes hagan lo que puedan dentro de los parámetros establecidos.
De esa miríada de disparates premeditados, uno de los proyectos más antiguos es el iniciado por Georges Perec, miembro insigne y autor de Las cosas y La vida instrucciones de uso, entre otros hitos, quien en 1979 escribió “El viaje de invierno”, un cuento acerca del descubrimiento de un libro tan pequeño como maravilloso que pone de cabeza el canon de la poesía francesa del siglo XIX. Su autor es un tal Hugo Vernier y sus poemas conforman un “plagio por anticipación”: impresos en 1864, contienen muchos de los versos que años más tarde se adjudicarán Mallarmé, Lautréamont, Rimbaud, Baudelaire y demás olímpicos.
El cuento de Perec, un esquema borgeano de principio a fin, termina cuando el último ejemplar del libro presuntamente desaparece bajo los fuegos de la Segunda Guerra Mundial. Lo que sigue es una ristra de continuaciones perpetradas por los cofrades de Oulipo. Lanzadas de a una por vez —la edición de Eterna Cadencia contiene veintiuno de los veinticinco textos producidos hasta el momento, todos ellos traducidos al español por Eduardo Berti, cuyo relato no fue incluido en la colección—, las contribuciones retoman el enigma y se esfuerzan por resolverlo o enturbiarlo. Acá también hay de todo, desde thrillers efímeros que implican complots comandados por Hitler (Hervé Le Tellier) y contraespionajes dirigidos por John E. Hoover (Ian Monk) hasta la fábula en primera persona de un gusano que supo agujerear con sus mandíbulas el ejemplar perdido (François Caradec), la expansión de la enfermedad “vernierea” a las artes alemanas (Jacques Jouet) y a la literatura clásica (Michelle Grangaud), un flashback inesperadamente conmovedor que reconstruye la escena degradante que enciende en Vernier la vocación lírica (Paul Fournel) y una crónica difusa que firma el mismo protagonista y que documenta su aparición fantasmal, excedida de resonancias cristeras, en una reunión de Oulipo en París.
A medida que la lectura avanza, sin embargo, se evidencia un patrón que debilita en parte el proyecto global: en vez de profundizar los surcos insinuados por las primeras escaramuzas, repletas de humor y juegos de palabras, los textos más recientes ganan autoconciencia y pierden filo. Se habla demasiado de “hipernovela”, de “los viajes” para designar al conjunto, a la vez que se da cuerda a cierto runrún interno y se admite lo pesado que puede ser el encargo de escribir sobre Vernier. Nada fuera de programa: la inconsistencia es casi un elemento constitutivo de este tipo de faenas y además el lector siempre puede saltar sin culpa al cuento siguiente.
Reglas, entonces, y también un plan. Al rematar su relato, Perec menciona a un perseguidor de Vernier que murió loco y describe las anotaciones que dejó a sus acólitos, un álbum grueso e incompleto salvo por las ocho primeras páginas que “narraban sus vanas pesquisas”. Con buenas y malas intenciones, con facturas divergentes, el álbum terminado es la obra que tenemos enfrente, la búsqueda en manada del volumen originario que atesora todas las combinaciones posibles, la trama íntegra que los demás libros repiten, versionan y pervierten.
Georges Perec & Oulipo, El viaje de invierno & sus continuaciones, traducción de Eduardo Berti, Eterna Cadencia, 2021, 472 págs.
Los cuentos del canadiense Neil Smith abundan en una sensibilidad mustia, cara a lo contemporáneo, en la que una pátina protectora mitiga cualquier posible perplejidad y donde...
El nombre de Peter Rock cobró fama en Estados Unidos, su país natal, con la aparición en 2009 de su novela Mi abandono, que...
Cuando la narradora de una novela siente la necesidad de insistir en su cordura una o dos veces por página, el lector comienza a sospechar que la...
Send this to friend