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No verte más

Valérie Rouzeau

OTRAS LITERATURAS

No verte más es la primera edición en la Argentina de Pas revoir, punto central en la obra de la poeta francesa Valérie Rouzeau (Cosne-sur-Loire, 1967). Con una cuidada traducción a cargo de Horacio Maez y Nathalie Greff-Santamaria, la exquisita confección artesanal de la editorial Barba de Abejas ofrece los setenta y nueve poemas del libro en formato bilingüe.

La muerte del padre a causa de una temprana enfermedad inaugura en la voz de Rouzeau un lirismo fragmentario, episódico, compuesto de imágenes sueltas y restos del habla en los que el sonido transmite más que la connotación de las palabras. Como señalan los traductores en su prólogo, el nacimiento de la poeta en una familia de mecánicos y chatarreros quizá figure y referencie la vocación por el reciclaje y la transformación que urge en su poética, donde los recuerdos son rescatados como piezas solitarias y luego echados a la corriente del verso: “El tiempo tocado cucú maldecido a la chatarra donde pegotea el aceite quemado. / Solita un mal momento tus martillos mi padre extraño. / Tus malditos martillos marcados, golpe doble gracia del eco chocado y qué lo parió a veces en los dedos”.

Los retazos de oralidad, los modismos deformantes, los apelativos y onomatopeyas locales son el material que utiliza la voz para enlazar, amalgamar y, por qué no, construir las imágenes que surgen del paisaje, la memoria íntima o familiar, y el presente más cercano y más doméstico: “La nieve tiene sus sueños que ignora de tanto caer de cielo sobre nosotros. / Es una conocida la podemos llamar Nieve tutearla muy rápido. / Pero ¡un saludo por amén de ella y decir Copo cada vez! / Copo te derretís sobre el corazón de mi padre, Copo te quemás en su frente… / Linda nieve voz blanca”.

Los largos, constantes períodos en que Rouzeau omite la puntuación son la clave de la continuidad de elementos disímiles; permiten además que el sonido se desplace de una palabra a otra y la frase termine encontrando presencia en una especie de contorno que rodea los términos y descubre una figura mayor: “No iremos más así como no iremos como no nos reiremos como no nos reiremos más como no nos reiremos ebrios”.

En un plano general, cada poema es vivido como un fotograma cuyo movimiento se torna cinético dentro del relato que transcurre por detrás en el libro, y la muerte del padre, experimentada en todas sus facetas, atraviesa la infancia, la adolescencia y la primera juventud de la voz: “Mi padre en los concursos televisivos su cabeza sobre la almohada infinitamente bordada. / Ver gente. / Cine de playas blancas de cielos de lujo —jamás iría. / Querer a las personas de todo el mundo. / A las bestias, a las flores mucho”.

Así, el no verte más del título, que en un primer momento recalca la imposibilidad de volver a contactar, la pura pérdida, con el paso de los poemas va transformándose en un afectuoso adiós: “Las manzanas de oro en verano rodadas en tu camión. / Cabina mirador al sol que aplasta. / Pepitas sobre el alquitrán burbujas que revientan en círculo. / Las manzanas de oro comidas tiradas a la ruta. / Golden hasta el corazón”. Y es como si la ausencia abriera la oportunidad de la imagen.

 

Valérie Rouzeau, No verte más, traducción de Horacio Maez y Nathalie Greff-Santamaria, Barba de Abejas, 2019, 94 págs.

11 Jun, 2020
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